El perro es el mejor amigo del hombre, pero una presencia inconveniente para el pacheco. En México al menos dos instancias públicas cuentan con una unidad canina entrenada para la detección de narcóticos: la Policía Federal y el Ejército. Y es que por su gran capacidad sensorial, los peludos son difíciles de engañar. Aquí te contamos cómo te huelen esa kush tan apestosa.

Los perros tiene 25 veces más receptores olfativos que los humanos. Pueden percibir concentraciones hasta 100 millones de veces más pequeñas que nosotros. También son capaces de “separar los olores”. Barry Cooper, un ex-agente de narcóticos en Texas, cuenta que uno de los errores más comunes es intentar disfrazar el aroma con otras sustancias. “Llegué a encontrar mota envuelta en plástico, papel aluminio, cubierta de grasa, mostaza, y aromatizada con hojas secas o café. Si un perro pudiera hablar probablemente diría “huele a plástico, mostaza, aluminio, grasa, café y mota”, comenta.

Sin embargo, también aclara que burlar a sus narices tampoco es imposible. Contrario a lo que mucha gente cree, los canes no huelen “a través de nada”. En realidad, ellos perciben los residuos de partículas que quedan flotando alrededor de su contenedor, entonces entra la destreza del agente que maneja al perro. Y es que, después de cierto tiempo, los aromas emanan de una bolsa de plástico y hacia los alrededores, en algo que se conoce como el “cono de olores.

Aunque esto puede distorsionarse a causa del calor, la humedad, corrientes de aire, luz solar, y rasgos topográficos, por ello en Estados Unidos sólo uno de cada 10 caninos son capaces de detectar con eficacia narcóticos escondidos.

Por último, el ex-agente Cooper recomienda los contenedores herméticos, ya que así es imposible que las partículas o residuos se escapen al exterior. También cabe señalar que estos animales están entrenados para detectar muchas otras cosas como explosivos, armas de fuego, minas e incluso dinero.