Incontables personas nos reunimos este 5 de mayo en la XIX Marcha por la Liberación de la Marihuana para exigir a las autoridades el respeto a nuestros derecho de cultivar y consumir mota. En este histórico acontecimiento, el contingente llegó por primer ocasión al Zócalo, donde se pudo rolar el gallo al pie del asta bandera.

La cita fue a las 2 de la tarde en la Alameda Central. Desde muy temprano, los distintos colectivos y asociaciones se dedicaron a compartir información sobre la necesidad y urgencia de regular el cannabis. Algunas de estas fueron Revista Cáñamo, la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis (AMECA), Temazcal Cannábico y el periódico La Dosis.

Al lugar acudieron todo tipo de asistentes, desde familias en busca de información sobre los usos terapéuticos, así como consumidores jóvenes, adultos y mayores quienes compartían los gallos fraternales y los humos verdes. Y para satisfacer el munchies provocado por tantos toques, todo tipo de puestos ambulantes surtían de comida para bajonear.

Por parte de la comunidad de activistas, el ambiente era un tanto festivo pues a raíz de la jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia, los legisladores están obligados a regular el cultivo y consumo de marihuana con fines personales en respeto a los derechos de la autodeterminación y el libre desarrollo de la personalidad.

Otras actividades incluyeron la siembra colectiva de semillas de marihuana por parte de Temazcal Cannábico, quienes llamaron a ejercer el autocultivo y “reverdecer nuestros montes”.

En punto de las 4:20 la banda prendió sus gallos, pipas, bongs, blunts, vapos y sus almas mismas con el fin de manifestarse y exigir que se respeten sus derechos ciudadanos. Al son de las consignas “La ley tiene un huevo, derechos al pacheco” y “Mota legal, eleva la moral” la nube de humo que abrigaba a los pachecos avanzó por la calle de Juárez hasta Eje Central.

Además de la música en la vanguardia del contingente, los asistentes amenizaron sus gallos con música de sus instrumentos propios, malabares e improvisaciones de rap/hip-hop, entre otras expresiones artísticas.

Al pasar frente a las calles aledañas algunos transeúntes y conductores mostraron su apoyo a las demandas de la marcha.

La llegada al Zócalo fue un tanto confusa. En parte por lo angosto de las calles por las que desbordaba gente, pero también por las dos vueltas que se dieron a la Plaza de la Constitución, a lo cual varios pachecos decidieron aparcar y esperar a que el camión de enfrente se detuviera.

Llamó la atención un grupo de religiosos quienes pedían a su dios que los consumidores “rectificaran su camino”. Los pachecos se limitaban a reír e invitaban al predicador que se diera las tres.

Al detenerse en frente de Palacio Nacional, Leopoldo Rivera de AMECA se disculpó por la ligera desorganización pues es la primera vez que la Marcha arribó al Zócalo.

Después, Cecilia Álvarez de Mamá Cultiva hizo un pronunciamiento en nombre de los pacientes que necesitan el cannabis para tratar alguna condición de salud. Recordó que a pesar de la reforma sobre cannabis medicinal del año 2017, no se ha podido garantizar el derecho de a la salud, pues los pacientes aún no cuentan con acceso seguro y legal a la medicina que mejore su calidad de vida.

Luego, el escritor y activista Carlos Martínez Rentería, tomó el micrófono para sentenciar al gobierno federal: “Si no aprovechan esta oportunidad para regular la marihuana son unos pusilánimes”. Luego, señaló que el futuro de la despenalización  debe incluír a otras sustancias como la cocaína.

Al final, el Doctor Cannabis exigió en nombre de todos los marihuanos que se armonicen las leyes según lo sentenciado por la Suprema Corte, que se detenga la extorsión a los usuarios y que se respete la decisión personal tanto de cultivar como de consumir mota.

“¡Quien quiere que la mota sea legal?

Queremos autocultivo, queremos consumo libre. ¡Queremos fumar en el zócalo así que préndanse!

Amigos, después de haber tomado este Zócalo y recordarle a nuestras autoridades que aquí estamos, pedimos que se respeten nuestros derechos tal como sentenció la Suprema Corte.

Si eso se hace dejarán de amedentrarnos por cultivar, dejarán de detenernos por tener una bacha. Eso ya queremos que se acabe.

Si dijeron que no iba a haber corrupción, pues que quiten esas leyes que provocan que los policías (que son corruptos) dejen de molestar a los ciudadanos que decidimos consumir mota.”

La música continuó un par de horas. Y hacia el final de la noche, varios grupos de personas dispersas por toda la plancha aprovecharon para prenderse un gallo gordo. Hasta que no sea legal, fue una oportunidad única, la mejor forma de concluír la que (probablemente) sea la última Marcha por la Mota bajo el umbral de la prohibición absoluta a la planta amiga.

Como siempre, hubo saldo verde. Hasta el próximo año.