En Nueva York, los comestibles se han consolidado como la forma de consumo de cannabis más popular. Un estudio publicado por la firma Jaunty y difundido por el medio Ganjapreneur reveló, por medio de una encuesta aplicada a 500 personas, que el 40.6 % prefiere las gomitas frente a otras modalidades como los vaporizadores (21.8 %) y la flor tradicional (17 %).
El precio resulta ser el factor principal que influye en la elección de los consumidores, seguido por la comodidad y los efectos buscados. Algunas personas destacan que los comestibles ayudan a dormir mejor, aportan energía o incluso mejoran el estado de ánimo, lo que los hace más atractivos para un público variado.
A pesar de la popularidad, todavía hay dudas sobre la transparencia de las marcas. El 43,2% de los encuestados confían plenamente en que las etiquetas informan con claridad sobre el THC (Tetrahidrocannabinol) o el proceso de producción. Algo parecido ocurre con la seguridad: ya que el 37,6% de las personas que realizaron el sondeo tienen confianza al comprar en dispensarios autorizados y un 13,8 % admite que sigue teniendo dudas sobre posibles contaminantes.
El perfil del consumidor neoyorquino se encuentra en su mayoría, entre los 30 y 60 años de edad. Estás personas prefieren consumir cannabis en comestibles varias veces a la semana por su dosificación precisa y efectos duraderos. Estas características les permiten integrar el consumo en su vida cotidiana, combinándolo con el trabajo y la familia.
Desde que el cannabis recreativo se legalizó en Nueva York en 2021, su preferencia del consumo ha cambiado. Los productos libres de combustibles han evolucionado rápidamente con ofertas crecientes, sin embargo los comestibles, han ganado popularidad tanto entre los consumidores habituales como entre quienes comienzan a acercarse al consumo legal. Esta preferencia muestra una tendencia hacia un mercado más diverso, donde los usuarios buscan alternativas seguras, prácticas y acordes con su estilo de vida.