Karina Malpica - @mindsurfing
En el Templo de Eleusis, situado a 20 kilómetros de Atenas, se realizaban unos ritos iniciáticos durante el mes de septiembre cada año, durante dos mil años. Lo que allí acontecía no podía comentarse con nadie bajo estricta promesa de silencio. Sin embargo, se sabe que en algún momento de la ceremonia nocturna, los participantes compartían una bebida ritual de características psicoactivas llamada kyqueón, la cual estaba preparada con espigas de cereales y otros ingredientes, y cuya receta quedó perdida al dejar de celebrarse la ceremonia.
Convencidos de que la bebida ritual era la clave del enorme impacto de los Misterios de Eleusis, el descubridor del LSD, Albert Hofmann, junto con el banquero Gordon Wasson y el antropólogo Carl A. Ruck, emprendieron un estudio interdisciplinario basado en la etnomicología, los estudios clásicos y la química.
En El camino a Eleusis, una solución al enigma de los misterios*, cada uno de los tres aporta convincentes elementos para apoyar la hipótesis de que el psicoactivo en cuestión era el hongo Claviceps purpurea o el Claviceps paspaldi, ya que se ha comprobado que ambos parasitaban las parcelas de cebada que se cultivaban en las inmediaciones del templo de Eleusis en aquellos tiempos. Además se han hallado vasijas conmemorativas de los misterios ornamentadas con figuras humanas sosteniendo e intercambiando espigas evidentemente parasitadas.
Se dice que pasaron por los portales del Templo de Eleusis, Platón, Sócrates y prácticamente todos los grandes pensadores del esplendor de la cultura griega. Se sabe que participar en la ceremonia era una experiencia física y mística en la que, tras ingerir el kyqueón, se experimentaban: "temblores, vértigo, sudor helado, y una visión que hacía parecer todo lo antes visto como ceguera, una sensación de sorpresa y maravilla ante una brillantez que causaba un profundo silencio, pues lo que acababa de ser visto y sentido no podía comunicarse jamás; las palabras no estaban a la altura de la tarea." (1) Todo lo cual nos suena bastante familiar a quienes hemos tenido una experiencia mística con alguna clase de psicoactivo…
Los antiguos testimonios acerca de los misterios son unánimes y poco ambiguos. Eleusis era la experiencia suprema en la vida de un iniciado. Milenios después, diversos investigadores que tuvieron oportunidad de experimentar con el compuesto semisintético derivado del cornezuelo de centeno (LSD) han ofrecido testimonios incuestionables sobre experiencias místicas similares a aquellas llevadas a cabo en la antigua Grecia. Por ejemplo, John Lilly, un psicólogo norteamericano decía que la dietilamida del ácido lisérgico abre una puerta de acceso a áreas de la mente que habitualmente no conocemos: "Postulados tales como 'Dios es amor' son comprendidos con la totalidad del propio ser, y su verdad parece axiomática a pesar del dolor y la muerte. Esto se ve acompañado por una vehemente gratitud ante el privilegio de existir en este universo." (2)
1. Wasson, Hofmann y Ruck: El camino a Eleusis, FCE, México, 1992.
2. Lilly, John: En el centro del ciclón, Martínez Roca, España, 1979.
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