Desde hace ya algunos años hemos sido testigos de cómo en los contextos donde se ha regulado el mercado de la cannabis ha habido un crecimiento de la producción y consumo de distintos extractos de la planta. Tanto para uso medicinal como no medicinal las tinturas, los aceites, mantequillas y otras numerosas presentaciones han ido posicionándose entre el consumo de los usuarios, medicinales y no medicinales, pues representan distintas ventajas en términos de la potencia, la concentración de los componentes (para los usuarios medicinales que requieren de dosis altas de ciertos cannabinoides), la dosificación e incluso la portabilidad.
Esta tendencia la hemos visto en California y ahora la vemos con fuerza en Colorado y Uruguay. Recientemente en la Cannabis Hub, feria de cultura cannábica realizada los pasados 6 y 7 de mayo en la Ciudad de México, Juan Vaz, cultivador uruguayo y protagonista de la lucha activista que convirtió al país sudamericano en el primero en regular la producción y el mercado de la cannabis, dio un taller sobre el tema de los extractos.
En el taller se abordaron los aspectos técnicos de los principales procedimientos, pero enfocados en el procedimiento que él considera el mejor: el que utiliza alcohol como solvente; pues desaconseja el uso de gas butano ya que, aunque está muy extendido, su toxicidad representa mayores riesgos en términos de salud. El procedimiento con alcohol es el más utilizado entre los usuarios medicinales, posiblemente su mayor concentración de clorofila tiene un rol en la interacción de los componentes dando un mejor resultado en el tratamiento de enfermedades como el cáncer.
Sin profundizar en los detalles de los procedimientos técnicos que implica la extracción, es de destacar que en México empiece a haber foros en los que estos temas se tocan de manera abierta, y pese a que las leyes aún no han cambiado. El taller de Juan fue un espacio interesante pues los asistentes se mostraron participativos y con conocimientos sobre este tema, algo que posiblemente hace un par de años hubiera sido impensable en nuestro país. Todo esto es prueba de que estamos viviendo un notable cambio cultural en relación a la planta y de que, al menos para el caso mexicano, la sociedad está avanzando mucho más rápido que las políticas, que más tarde que temprano tendrán que ajustarse a la realidad.
El taller de Juan no fue la única actividad en Cannabis Hub relacionada al tema de las extracciones: hubo también talleres sobre cannabis medicinal, campo en el que los extractos juegan un rol protagónico; así como pláticas de empresarios y actores de la sociedad civil de EE.UU. y de México que cuentan con experiencia en ayudar a pacientes a acceder a extractos medicinales de cannabis. Hubo también un taller sobre gastronomía Cannábica, cuya base son los extractos convertidos en mantequillas y aceites; razón por la cual también es usada con fines medicinales, por las altas concentraciones de cannabinoides que llegan a alcanzar estos extractos.
La planta tiene esa nobleza, no se requiere de un laboratorio ni para producirla, ni para extraer sus componentes. Por lo que en México cada vez hay más usuarios que usan la sofisticación cannábica que representan los extractos, y que seguramente hará tiempo que empezaron algunos, pero hoy esos usuarios empiezan a salir a la luz y a formar redes de intercambio de experiencias e información que ayuda a perfeccionar sus productos.
Sin duda, estas manifestaciones que solo observábamos en otras latitudes, ahora empiezan a suceder en México, lo que es un claro síntoma del cambio cultural que estamos viviendo sobre una de las plantas más fascinantes sobre la tierra.
Aldo Contró
Twitter: @AldoContro
Foto: Mijares Crew.