Pequeñas esculturas talladas en piedra volcánica y cuya imagen recuerda a un hongo han sido encontradas por varias regiones de la zona previamente habitadas por la civilización Maya. Su origen y función dentro de la comovisión ancestral aún es un misterio, pero una de las explicaciones más populares es la que los asocia con el consumo de hongos psicoactivos y los rituales en los que se usaban.
¿Será esta la hipótesis correcta?
Las estatuas hongo
Estas figuras fueron elaboradas en piedra volcánica y algunas veces en arenisca varios siglos antes de la llegada de Hernán Cortés. Tras la conquista estos objetos perdieron su uso y relevancia.
Miden entre 30 y 35 centímetros de alto y pesan entre 7 y 9 kilogramos. En la parte superior se encuentra la “capucha” distintiva de los hongos. La base o “pie” suele ser lisa o tener algún relieve que representa animales como el jaguar, el coyote, el perro, el pizote, el venado, el conejo de Virginia, la rana, el sapo, el mono araña y el mono saraguato. En otros se representan a figuras de personas.
Se han encontrado cerca de 300 hongos en la región sur del área Maya, la cual comprende desde los Altos de Guatemala-Chiapas hasta la costa del Pacífico de El Salvador. También han habido un par de hallazgos en la periferia de la región sur Maya, en los estados de Chiapas y Oaxaca.
Actualmente se encuentran resguardados en colecciones privadas y en museos de Guatemala, Zurich, Gotemburgo, Viena, Londres, Berlín, Munich y Nueva York.
Hipótesis hasta 2010
En un principio se pensó que estas culturas representaban símbolos fálicos, sin embargo se desechó esta idea porque los falos se representan distinto en la cultura maya.
Sin embargo, varios apoyan la relación de estas estatuas con el consumo de hongos psicoactivos, pues hay bastante evidencia.
Por ejemplo, un hongo de piedra en la colección Namuth de Nueva York representa a una joven arrodillada frente a un metate. Esto encaja con la tradición de machacar los hongos en un metate para así mezclarlos con agua y beberla durante las ceremonias de la velada.
Así mismo, en 1961 se encontró en el yacimiento de Kaminaljuyú de Guatemala, nueve hongos de piedra de tamaño pequeño, acompañado cada uno de un metate diminuto. “Todos los metates podrían haberse utilizado para pulverizar o machacar hongos enteógenos bien frescos o secos” escribe Carlos Illana-Esteban. Estas nueve figuras también han sido asociadas a los Nueve Señores de Xibalba descrito en el texto sagrado del Popol Vuh.
Por último, existe un documento Maya llamado “El Título de Totonicapán” donde se describe a unos nahuales y cómo entre su parafernalia cuentan con hongos de piedra, los cuáles pueden ser talismanes relacionados con el uso ritual de los hongos.
Otras posibilidades
Entre otras posibilidades, algunos sugieren que estas estatuas se usaban para fabricar la pelota en el tradicional juego prehispánico: “Para su confección, el artesano sentado en el suelo sostenía entre las piernas el hongo de piedra y extendía tiras de hule (caucho) sobre la parte convexa de la escultura, y cuándo las tiras se iban endureciendo, se retiraban de la piedra y se moldeaban para dar forma a la pelota. Se han encontrado piedras convexas talladas sin pie que podrían tener la misma función” (1).
También hay quienes encuentran relación con rituales para la agricultura, pues estas piezas nunca se encontraron en tumbas o sitios urbanos: “Se cree que los mayas habían observado la asociación de los hongos macromicetos con la lluvia, y que la época propicia para la siembra del maíz antecede al brote mágico de los hongos en el campo, por lo tanto los reverenciaban como propiciadores de esta actividad”. En teoría, al colocarse estos hongos se buscaba engañar a los dioses y atraer la lluvia. Esta idea incluye a las figuras talladas en algunas estatuas: Probablemente los mayas creyeron que los animales nahuales y los chamanes tallados en las piedras-hongo, ayudaban en esta tarea mágico-agrícola” (2).
Otros piensan que las estatuas bien podían ser marcadores territoriales o moldes para vasijas de barro.
Entre las ideas menos probables está la que sugiere que estos hongos fungían como asientos, lo cual sería extraño pues no parecen ser muy cómodos. Pero probablemente la idea más fumada sea la que sugiere que estos hongos representan naves espaciales, lo cual es supuesta evidencia de los pobladores mayas con seres extraterrestres.
Con información de: Los hongos piedra de mesoamérica de CARLOS ILLANA-ESTEBAN publicado en Boletin Sociedad Micologica. Disponible en: ttps://www.researchgate.net/publication/286452773_Los_hongos_piedra_de_Mesoamerica
1. WASSON, R.G. (1980). El hongo maravilloso teonanáctl. Micolatría en Mesoámerica. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 307 págs
2. OHI, K. & M.F. TORRES (1994). Piedrashongo. Museo de Tabaco y Sal, Tokyo. 195 págs.