"Hijas de la Cannabis" es uno de los grupos activistas cannábicos que fueron reubicados el pasado 4 de agosto, este a la Plaza de la Concepción en el Centro Histórico de la ciudad. 

Una de las organizadoras del plantón, quien prefirió mantener su nombre en anonimato, expresó una visión positiva sobre la reubicación a esta plaza, lograda a través de un acuerdo con la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México. Esta nueva ubicación es vista como un espacio "oficial" y más seguro, incluso de la policía. 

Un usuario entrevistado en el lugar destacó que en el espacio fuera del Museo de Memoria y Tolerancia el ambiente a veces se volvía "pesado" debido a la gran cantidad de vendedores y la aglomeración de personas. En contraste, el nuevo espacio es más amplio, tiene más zonas para sentarse y no hay tanto tránsito de peatones, lo que hace que los participantes se sientan “menos juzgados y más cómodos”.

Este nuevo espacio de protesta y consumo debe cumplir con estándares que buscan garantizar el cuidado del lugar y la sana convivencia, asistiendo en un horario de 8 am a 8pm, permitiendo acceso solo a personas mayores de 18 años y mantener un aforo de máximo de 100 personas, asimismo, se cuenta con mesas de información para que los usuarios puedan tener un acompañamiento para la reducción de daños en su consumo.

Respecto a las protestas de algunos vecinos, los entrevistados las consideran comprensibles, ya que un cambio tan repentino puede ser molesto para ellos, especialmente por el olor que genera la combustión de cannabis. Sin embargo, creen que con un buen diálogo se pueden llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes.

Pero no todo es color gris, pues la organizadora resalta que vecinos han ofrecido espacios como baños para quienes lo necesiten, de igual manera los vendedores de comida se han acercado para ofrecer su servicio, lo que puede tomarse como una aceptación por parte de la comunidad.

La entrevistada también mencionó que el nuevo lugar estaba "sumamente descuidado", con malos olores y basura antes de su llegada. Ahora, lo encuentran limpio y con un ambiente tranquilo, y uno de sus objetivos es cuidar y mantener el espacio limpio y seguro.

Un consumidor entrevistado mencionó “a mí la neta sí me gusta mucho más este spot, es más amplio, no hay tanta recurrencia de peatones, a diferencia del otro spot donde te sentías juzgado”, asimismo, el consumidor hizo un llamado a que “si pudieran poner botecitos, estaría muy chido, para que también la banda que diga, ‘no me quiero llevar mi basura’ tenga dónde depositarla”.

En cuanto a la seguridad policial, una de las organizadoras recalcó que en el plantón anterior, los policías estaban presentes pero no sentía que brindaran seguridad; simplemente estaban "viendo". Aunque en la nueva ubicación se sienten tranquilos, aún no saben cómo se desarrollará la presencia policial en el futuro. 

A lo largo de la entrevista, los participantes afirmaron no haber recibido insultos en el nuevo lugar, a diferencia del otro lugar donde recibían insultos y lo consideraban “normal y están acostumbrados”, por lo que esta reubicación la consideran un paso para dejar atrás la criminalización y estigmatización de los espacios de consumo.