Ciudad de México, 24 de julio de 2025 

En el corazón de la Ciudad de México, los plantones 420 en el metro Hidalgo y el Senadito en avenida Reforma se han consolidado como espacios de tolerancia para el consumo de cannabis, reflejando una realidad entre la resistencia activista y la búsqueda de una regulación legal. Estos puntos se han transformado en escenarios cotidianos donde el aroma característico de la mariguana se mezcla con otras dinámicas (talleres, marchas, convivencia etc) y donde la comunidad de los plantónes 420 buscan acercar a otras personas al activismo.

El Origen de los plantones

La historia de estos plantones se remonta al año 2020, cuando un grupo de personas decidieron ejercer sus derechos políticos y manifestarse a favor de la regularización de mariguana, de acuerdo con El Sol de México.  Tras un desalojo en febrero de 2023, se dio origen a nuevos plantones como la “Comuna 420" quien dice apegarse de manera más legítima a los principios del primer plantón pues fueron ellos los que se instalaron casi posteriormente al desalojo. 

Más allá del consumo

Este movimiento ha evolucionado con otros colectivos y extendiéndose a diferentes puntos de la ciudad, actualmente en los espacios de avenida Juárez, Pino Suárez, en el "Senadito" (cerca del Senado), metro Hidalgo y Rinconada de Jesús.

El plantón del metro Hidalgo, en particular, destaca por su ambiente dinámico. Al salir de la estación, el olor a cannabis es perceptible, incluso algunos vendedores de mariguana se dirigen discretamente a las personas ofreciendo sus productos que según ellos son “de buena calidad”. 

También, los comerciantes se comunican con sus compradores por medio de silbidos, señas distintivas o alusivas a fumar y/o apodos como ‘güero’ o ‘gorras’ (es como llamaron a un transeúnte que portaba más de una gorra consigo, suelen llamarte por lo que traes puesto o por lo que te distingue). 

Ellos te ofrecen cigarros de cincuenta pesos por unidad o tres por cien e incluso te pueden llegar a mostrar bolsas pequeñas con mariguana. Dentro de estos puntos, se encuentran puestos ambulantes que venden artículos de parafernalia utilizados en el consumo de cannabis que van desde canalas hasta pipas u otros artículos menos conocidos.

El Senadito presenta un ambiente más tranquilo. La insistencia de los vendedores es menor y al ser un lugar más reducido, atrae a una diversidad de asistentes, desde repartidores en bicicleta hasta jóvenes y adultos de entre 20 y 40 años. 

Quienes acuden a estos espacios ya sea acompañados o solos, vuelven la dinámica de convivencia más amena ya que se encuentran rodeados entre música y la compañía de otros usuarios que llevan consigo su propia mariguana. Algunos participantes se sientan a platicar, mientras “despican y forjan” sus cigarros, mientras otros optan por comprar la mariguana, canalas o pipas a los vendedores.

Las voces del cogollo.

La situación legal de la marihuana en México es un punto central para los participantes. Un consumidor entrevistado comenta que: "Deberían legalizarla, no nada más por el hecho de consumir, pero cuando prohibes algo al consumidor, él lo buscará por fuera y se arriesgará a que le suceda algo". Un consumidor afirma y recalca que la prohibición "le da armas al traficante para que tenga más poder, dinero y así pueda continuar adentrándose en la sociedad".

Para muchos consumidores el cannabis no es solo una sustancia para uso recreativo. Otro entrevistado de 25 años relata cómo el consumo ha impactado positivamente su vida en relación con el estrés y la recuperación física: “en el aspecto del estrés, me ha ayudado mucho, porque aparte de que estoy todo el día en la oficina, saliendo me voy a entrenar box. Es una chinga porque también trabajo el fin de semana, así que tengo un día para recuperarme, entonces esto me ayuda mucho”. Y agrega que le ha permitido “poder descansar” y mejorar su recuperación en actividades deportivas.

Asimismo, sugiere a quienes se oponen al consumo o a los plantones, "que no se cierren, que le den la oportunidad". Destaca que, si bien el aroma puede ser molesto para algunos, el tabaco causa más daño y la experiencia del cannabis es individual. Enfatiza la importancia de ser responsables y poner límites en el consumo.

Movimientos del movimiento 

Pese a los cambios de ubicación del movimiento original la comuna 4:20 ha mantenido su esencia al crear espacios de aprendizaje, comunidad y resistencia. Desde su ubicación en Plaza Luis Pasteur no solamente ha defendido el derecho al consumo, sino que han creado proyectos como  una escuela popular llamada EPACANN (Escuela Popular de Equipo Cannábico) que combina saberes sobre derechos cannábicos, historia e incluso, sobre cultivo.

Actualmente, el movimiento mantiene una relación con otros colectivos, como son: Las hijas del cannabis, Movimiento a la liberación, Sembrando conciencia y Marihuana liberación. A pesar de que algunos grupos ya se han desintegrado, la organización aún persiste en diferentes lugares de la Ciudad de México demostrando que la llama de la resistencia cannábica sigue encendida y su búsqueda por la legalización es inquebrantable.