De fondo, el cultivo de hongos es sencillo. De hecho es una de las especies más resistentes en el planeta, por lo que sólo hay que procurarles un ambiente óptimo para su desarrollo y ellos realizarán casi todo el trabajo. En esta serie de publicaciones abordaremos los principales puntos que necesitas tomar en cuenta.

Ahora, explicaremos cómo conseguir una tierra y espacio adecuado para que el fungi crezca sin complicaciones.

Preparación del sustrato.

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Como cualquier otro cultivo, se debe adecuar el “suelo” o sustrato donde crecerá. En este caso lo más importante es procurar un suelo estéril, libre de bacterias y otros hongos. Así, evitaremos que estos agentes no deseados acaparen todos los nutrientes.

Primero, en un vaso mezcla ⅔ partes  de vermiculita y ¼ parte de harina de arroz. Después, agrega ¼ de agua. Vierte hasta llegar a la mitad de un frasco de vidrio (capacidad recomendada: 470 ml). Comprime bien. Del frasco, limpia la mitad superior, primero con tu mano, después con una toalla húmeda.

Ahora rellena el resto del frasco con vermiculita.

Aquí es donde crecerán los hongos, pero será removido y colocado en el terreno más adelante, por lo que la apertura del frasco debe ser lo suficientemente grande.

Perfora la tapa del frasco con 4 hoyos y tápalo.

Esterilizar el sustrato

Para esterilizar, basta aplicar “baño maría” con una olla donde el nivel de agua llegue hasta la mitad del frasco. Dejar hervir a fuego lento al menos una hora.

Después, retirar el frasco del agua y dejar enfriar a temperatura ambiente. En tanto, es posible que se escuchen ruidos del sustrato. Esto es normal.

El terreno

El objetivo principal del terreno es proveer de los altos niveles de humedad que requieren los hongos. Para comenzar, una hielera de unicel será suficiente. A continuación un diagrama de como debe quedar un terreno básico.

La malla de alambre va a sostener el sustrato con la colonia de hongos. No debe quedar a más de media pulgada del fondo.

Por su parte, el “escudo de goteo” protege al cultivo de las gotas de agua que se forman y caen una vez se acumula la humedad. Va inclinado para que el agua se desliza con suavidad hacia los bordes del terreno. Un buen material para ello es el plexiglás.

Por último, sólo falta adecuar la entrada de luz. Basta con hacer un hoyo en la tapa de la hielera y después cubrirlo con más plexiglás.

Ahora tienes un lugar adecuado para iniciar y llevar a cabo tu cultivo. En el futuro explcaremos cómo inocular el sustrato y algunos aspectos fundamentales del ciclo de crecimiento de los hongos.

 

Información completa y sin traducir de: http://nepenthes.lycaeum.org/Plants/shrooms/MMGG/