Cuando se menciona a los concentrados de marihuana lo primero que viene a la mente son las extracciones de aceites. Sin embargo, el espectro es mucho más amplio y completo. Aquí los enlistamos ordenados por grado de complejidad.
Kief
Por su sencillez, el también llamado polen es uno de los clásicos favoritos. Para recolectar no necesitas más que un grinder con malla al fondo. Y para consumirla basta con espolvorear un poco en tu porro o pipa.
Parte de su belleza es que conserva el sabor y aroma característico de la hierba, sólo que con mucho mayor presencia.
Hachís
Desde la tradición arábiga hasta el día de hoy, el hachís es uno de las formas para consumir cannabis más populares. Existen distintos métodos de extracción, el más popular es el utilizado en Marruecos. Éste, simplemente consiste en comprimir una gran cantidad de kief.
Consumirlo también es simple y, a diferencia del kief, es sencillo de transportar y manejar.
RSO (Rick Simpson Oil)
Rick Simpson fue un paciente canadiense quien popularizó este método en un esfuerzo por hacer más accesible los derivados de cannabis con propósitos medicinales. Y, en efecto, su extracción se puede realizar con instrumentos caseros.
En México, la organización Autocultivo Medicinal en México elaboró un manual donde explican a detalle su elaboración. Puedes consultarlo en su sitio web.
Rosin
El rosin es celebrado como uno de los extractos más limpios y puros que existen. Para obtenerlo se presiona la flor de marihuana entre dos placas de metal, las cuales aplican calor. así se obtiene un aceite sólido que se puede consumir de distintas maneras.
Las variaciones entre calor y temperatura afectan el producto final, por lo que este extracto representa todo un universo de posibilidades por sí solo.
BHO (Butane Hash Oil)
Si en el mercado negro alguna vez te han vendido algo bajo el nombre de “wax”, lo más probable es que haya sido algún tipo de BHO. Su traducción literal es Aceite de Hash con Butano, y es que precisamente este es el material que se utiliza como solvente para extraer los cannabinoides.
El problema es que, a falta de control de calidad, es común que este tipo de productos contengan residuos con potenciales efectos adversos para el consumo humano. Fuera de eso, cuando se realiza de la manera correcta, puede llegar a obtenerse material de excelente calidad.