Uno de los efectos del sistema internacional de control de drogas, que representa un aumento de los riesgos para los usuarios, es la adulteración de las drogas fiscalizadas disponibles en el mercado negro. Sustancias como la cocaína, el éxtasis y la LSD, suelen encontrarse disponibles en las calles, adulteradas e incluso sustituidas por otras drogas, que en muchos casos son poco conocidas, más tóxicas y riesgosas.
Cabe señalar que muchos de los adulterantes son incluso drogas legales. Por ejemplo, análisis químicos realizados por el Programa Análisis de Sustancias (PAS) en México, han encontrado que muestras de pastillas comprimidas, vendidas como éxtasis (MDMA), contienen cafeína, paracetamol y/o feniletilaminas no fiscalizadas. También es común encontrar adulterante controlados e ilegales, como la anfetamina y la metanfetamina.
En el caso de la LSD, triptamina psicodélica de escasa toxicidad y alto margen de seguridad, suele ser sustituida por NBOMe, una feniletilamina de efectos similares, pero más tóxica, que en algunos países ha llevado a usuarios a hospitales e incluso ha producido muertes. Se trata de una sustancia psicoactiva legal, que incluso puede ser adquirida en internet, en sitios que ofrecen lo que denominan como chemical research (químicos de investigación). También suele sustituirse o adulterarse por LSA y otras triptaminas similares.
La cocaína suele ser adulterada con sustancias legales e ilegales; un polvo blanco siempre es fácil de adulterar. Entre los adulterantes más comunes están la cafeína, lidocaína y otros anestésicos locales, paracetamol, anfetamina, metanfetamina, levamisol (un antihelmíntico e inmunomodulador que potencia la estimulación de sus efectos), así como sustancias para añadir volumen y peso, como lactosa, celulosa, glucosa, yeso, entre otros.
Si el consumo de drogas representa riesgos y daños, el consumo de drogas adulteradas los aumenta en proporciones difíciles de calcular, pues muchos de los adulterantes son sustancias poco conocidas y cuyos efectos a largo plazo son desconocidos. Un servicio análisis de drogas es una herramienta indispensable para reducir los riesgos y daños asociados al consumo de drogas adulteradas. En México existe un proyecto en este sentido (el PAS), creado por organizaciones de la sociedad civil y que ofrece servicios gratuitos.
La adulteración es mucho más frecuente con las drogas ilegales que con las legales, debido a la falta de control sobre las primeras. La disponibilidad de las drogas fiscalizadas no ha decrecido, simplemente se ha vuelto más riesgosa dentro de los marcos del sistema internacional de control de la ONU, lo cual es uno más de los síntomas de su profundo fracaso.
Por: Aldo Contró
@AldoContro