Cuando se habla de los usos medicinales del cannabis, la atención principal recae en los cannabinoides. Sin embargo, el resto de compuestos en la planta también posee grandes potenciales para coadyuvar, tratar, aliviar o paliar diversos malestares y así mejorar la calidad de vida de muchas personas. Tal es el caso de los flavonoides.
Los flavonoides son compuestos que se encuentran en muchas otras plantas además del cannabis. Son los responsables por la pigmentación de frutas y vegetales. Y dependiendo el flavonoide es la propiedad y beneficio que trae a la salud. Es por eso que una dieta balanceada se dice debe contener alimentos de varios colores, pues esto implica una gran diversidad de nutrientes.
La planta de marihuana posee dos flavonoides característicos: Cannflavin A y Cannflavin B. Estos han demostrado poderosas propiedades anti-inflamatorias. Esto genera cierta expectativa, particularmente ante la crisis de opiáceos que atraviesa Estados Unidos y donde los pacientes reclaman alternativas seguras para tratamientos con el dolor.
“Lo interesante de los flavonoides es que detienen la inflamación justo en el origen” explicó Tariq Akhtar, profesor asistente del departamento de biología molecular y celular en la Universidad de Guelphs en entrevista a The Toronto Star. “Y muchos productos naturales no tienen esa toxicidad asociada a los medicamentos para aliviar el dolor”.
Por ejemplo, el uso frecuente de medicamentos anti-inflamatorios como el ibuprofeno y el ácido acetilsalicílico están asociados con problemas renales y estomacales respectivamente.
Curiosamente, la existencia de los flavonoides y su efectividad se conocen desde 1985 como da cuenta este artículo publicado en la revista Biochemical Pharmacology.
Como ocurre también en muchas otras plantas, la concentración natural de flavonoides en las plantas es muy baja. “Es común que estos productos naturales tengan un tipo de valor terapeútico y no puedes simplemente cultivar campos y campos de estas plantas y esperar obtener suficiente compuesto bioactivo de ellas”, detalló Akhtar.
Por ejemplo, los cannaflavins están presentes en alrededor de .014 por ciento en la flor. Entonces, para obtener un miligramo del compuesto activo se necesitan alrededor de 7 kilos. Por esto, si bien es posible el proceso de extracción y purificación de estos compuestos, ni es económicamente viable.
Para resolver este problema, el equipo de Akhtar identificó a los genes específicos en la planta de cannabis responsables de la producción de los cannaflavins, lo cual hace posible diseñar metabólicamente los compuestos sin necesidad de cultivar la planta entera.