A lo largo de la semana pasada, el tema de la marihuana volvió a la agenda pública al realizarse el período extraordinario de sesiones en el Senado de la República, donde se discutieron algunas posibles modificaciones a la iniciativa de ley presentada por el Ejecutivo Federal. Sin embargo, lo que hubiera parecido un “simple” trámite burocrático de la iniciativa, al provenir de la Presidencia, se tornó en una moneda de cambio que la legislatura no aceptó cambiar y, sin importar la opinión de la sociedad civil y especialistas en el tema, los senadores decidieron dar largas a la discusión.
Las actividades realizadas por la ciudadanía y especialistas de la marihuana durante la semana previa al período extraordinario, iniciaron con una reunión convocada por la senadora Martha Tagle, donde los involucrados presentaron un posicionamiento y programaron una serie de acciones con el objetivo de hacerse presentes en la discusión de la iniciativa, tema trascendental para ciudadanos interesados en el ámbito de la salud, pero también para usuarios no médicos.
Dichas acciones se concretaron el 13 de junio, fecha en la que se iniciaron las sesiones extraordinarias, cuando los interesados de la sociedad civil se dieron a la tarea de entregar su posicionamiento ante los medios de comunicación y dirigido a los senadores, y previo al inicio de la sesión. La acción de sembrar una semilla de marihuana presentada por una activista en el Senado, fue respaldada por algunos senadores en un hecho histórico, acto replicado por los ciudadanos en los alrededores del mismo recinto.
Este acontecimiento funge como punta de lanza para la organización de la comunidad cannábica con miras a futuro, pues en un inesperado desacuerdo entre las bancadas parlamentarias (principalmente PRI y PVEM) se pospuso el debate para la sesión ordinaria a realizarse en el mes de septiembre.
Salvador López Brito, perteneciente al PAN y Presidente de la Comisión de Salud en la Cámara de senadores, destacó que este aplazamiento fue por falta de acuerdos y por la premura del cierre del periodo extraordinario. “No teníamos prisa ni urgencia. No era un tema prioritario para este periodo de sesiones. Y lo que estaba causando eran divergencias en los diferentes grupos parlamentarios y el deseo enriquecido con otras propuestas”. Al parecer a algunos senadores no les parece suficientemente importante la salud de las personas que requieren medicamentos derivados del cannabis, ni tampoco la condición de los ciudadanos que hoy día cumplen una condena en algún reclusorio por posesión simple de mariguana.
En dicha sesión, las senadoras encargadas de la comisión de Gobernación y Derechos Humanos; Cristina Díaz del PRI y Angélica de a Peña del PRD respectivamente, afirmaron que con respecto a la marihuana medicinal “no hay marcha atrás”. Sin embargo, no se ha definido el modelo que pretenden avalar para esta vertiente; en un inicio únicamente se pretendía autorizar la importación de los productos, con lo que las ganancias se limitaban a la industria extranjera y, peor aún, se limitaba el acceso a los medicamentos a quienes puedan erogar cuando menos $200 dólares al mes. Cuestión a la que el senador López Brito negó que existiera algo así. “A mí no se me acercaron y yo no vi que otros senadores tuvieran esta situación, no dudo que suceda, pero en este caso no fue así”.
Ante la situación del desacuerdo entre los senadores y la forma en que se pretendía legislar; Raúl Elizalde, presidente de la fundación Por Grace A.C. manifestó su inconformidad ante la omisión de la información expuesta durante los debates nacionales de la marihuana, así como ante la indiferencia por las evidencias presentadas: Nosotros estamos pidiendo que si van a votar ese mugrero de dictamen, mejor que no voten nada, que no pase nada (…) Queremos que se haga la diferencia entre los productos de la marihuana que son psicoactivos, y los productos del cáñamo que no son psicoactivos porque tienen una concentración menor al 0.3% de Tetrahidrocannabinol (THC) que no es psicoactivo. ¡No lo entienden y sigue esa discusión!”, declaró ante los medios de comunicación.
El viernes 17 de junio, fecha de cierre de la sesión extraordinaria, después de varias horas de espera, en una reunión privada antes de que iniciara la sesión, se notificó el aplazamiento de la discusión hasta septiembre. Lo que parecería para algunos una mala noticia al excluir el tema de la sesión extraordinaria, para las organizaciones, ciudadanos activistas y especialistas en el tema de la mariguana, abre un umbral de tiempo para mejorar la coordinación de acciones no sólo dirigidas a los grupos parlamentarios, sino principalmente a la sociedad que desconoce el tema y que podría sumarse para generar un cambio con perspectiva de derecho humanos.
Eduardo Blas.