Cada 31 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Concientización sobre la Sobredosis por drogas, una fecha instaurada en más de 40 países para recordar a las personas que han perdido la vida por esta causa, acompañar a sus familiares y generar conciencia sobre la importancia de la prevención. La jornada no solo busca rendir homenaje, sino también impulsar políticas públicas, campañas educativas y acciones comunitarias que reduzcan el riesgo de nuevas muertes.

En la actualidad, hablar de sobredosis es también hablar del impacto de los opioides sintéticos, en especial del fentanilo. Esta sustancia, que se utiliza en medicina como analgésico de alta potencia, ha pasado a convertirse en uno de los mayores desafíos de salud pública a nivel mundial. 

Es necesario mencionar que su peligrosidad quedó en evidencia tras la muerte del cantante Prince el 21 de abril en el año 2016, un hecho que puso en primer plano la problemática. Hoy se estima que el fentanilo y otras drogas similares están vinculadas a alrededor de 100 mil fallecimientos, una cifra que refleja la magnitud de esta crisis.

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2023 más de 296 millones de personas consumen drogas en el mundo y las muertes vinculadas al consumo crecieron un 17% en la última década.

Un aspecto central que destaca la conmemoración es la necesidad de cambiar la mirada estigmatizante hacia las personas que consumen drogas. El consumo no siempre responde a una elección libre o a una falta de responsabilidad. Muchas veces está atravesado por contextos de dolor, vulnerabilidad, problemas de salud mental o entornos de exclusión social.

Asimismo, las palabras que se utilizan para hablar de drogas y sobredosis pueden marcar la diferencia entre que alguien busque apoyo o permanezca en silencio por miedo al rechazo. Por eso, se insiste en actualizar el lenguaje médico y social, evitando términos que refuercen estereotipos negativos. De esta manera, se contribuye a reducir los prejuicios y se facilita que más personas accedan a programas de prevención y tratamiento.

En el marco de esta discusión, diversos especialistas subrayan la importancia de diferenciar entre consumo problemático, abuso y adicción. El consumo problemático se refiere a un uso que genera consecuencias negativas en la vida de la persona, aunque todavía no exista dependencia física. 

También, el abuso implica un patrón más intenso y repetido, donde el consumo empieza a desplazar otras actividades y responsabilidades. La adicción es un estado de dependencia, tanto física como psicológica, que hace muy difícil abandonar la sustancia sin ayuda profesional. Comprender estas diferencias es clave para diseñar políticas de salud más precisas y ofrecer acompañamiento adecuado a cada caso.

En este contexto, el 31 de agosto, Verter, organización dedicada a la reducción de daños, llevó a cabo una actividad por el Día Internacional de la Sensibilización por las Sobredosis en Mexicali, capital de Baja California, la cual fue una oportunidad para hablar con personas usuarias sobre diferentes temas de salud y cómo prevenir y actuar en casos de sobredosis.

Finalmente, es necesario recalcar que está fecha no solo rememora a quienes ya no están, sino que también busca proteger a quienes todavía pueden recibir ayuda y construir una vida diferente.