San Pablo Güilá, Oaxaca, marcó un hito histórico al convertirse en una de las primeras comunidades indígenas del país en cultivar cannabis de manera “legal”, esto de acuerdo al permiso otorgado por la COFEPRIS. Este logro representa un avance significativo tanto en términos económicos como culturales para la comunidad zapoteca, que históricamente había recurrido al cultivo de manera clandestina.
El proyecto impulsado por jóvenes de la localidad con asesoría técnica y legal, busca transformar la percepción sobre la planta y aprovecharla con fines medicinales, terapéuticos y productivos. Como señalaron los propios integrantes de la comunidad: “Creemos que era necesario orgarnizarnos como comunidades y poder involucrarnos en esa industria, aunque haya sido criminalizada y despreciada, siempre había estado presente en las comunidades de Oaxaca y de México”.
Asimismo, el cultivo legal les permite proteger su producción: “Nos podemos defender más que nada con el permiso y ya no nos pueden quitar nuestra cosecha, más que nada no, nos la pueden quemar como la hacían antes”, explicaron. Además, la iniciativa busca generar un modelo económico replicable: “Estamos ya muy cerca de poder un día tener el éxito y decir: 'Ahora sí, aquí está la primera factura de todo un proceso de una economía circular que estamos generando en la zona. Empezamos a hacer un ejemplo para que también sea repetible en otras zonas del país’”.
Este reconocimiento legal se da en un contexto nacional donde el uso medicinal del cannabis es permitido desde 2017 y el uso personal desde 2021, aunque aún persisten limitaciones para la producción y distribución comercial. Este paso pionero abre la puerta a que otras comunidades indígenas exploren alternativas económicas legales que fortalezcan la autonomía local.
Fuente: France 24