La mota huele a mota, y un chingo. No importa si se trata de una panteón-kush o una súper-chida-haze. En cuanto te prendas "el flavio" todas las personas dentro de un radio de medio kilómetro se darán cuenta. Entonces hay de dos: o se enojarán porque no les invitaste, o la harán de tos. Pueden ser nuestro compañeros de cuarto, el casero, los suegros, o alguien a quien no agrade el olor a marihuana.
Para evitar conflictos con esas personitas, existen varias mañas para ocultar o disimular el olor de maría. Algunas son más efectivas que otras, pero en caso de necesitarlo vale la pena intentar más de una (o todas a la vez).
¡Ups, se me quemó el pan!
Esta técnica se puede aplicar siempre y cuando se tenga una cocina a la mano. La idea es dejar una rebanada de pan en la tostadora por el suficiente tiempo hasta que se queme. El olor a carbón será lo suficientemente penetrante para distraer a quien llegue a partir de ese momento. Además, te ayuda a explicar el humo extra que hay en la casa.
Una alternativa es dejar una tortilla sobre el comal.
Incienso.
El incienso ha sido un aliado del marihuano discreto por algunos años ya. Sin embargo, su efectividad es algo subjetiva. Por ejemplo, alguien que no reconozca muy bien el aroma del cannabis se dejarrá llevar por la escencia que hayas colocado, pero algien que conoce tu consumo, probabelemente no caiga tan fácil.
También, lo ideal es que prendas incienso no sólo cuando fumas, sino ocasionalmente a lo largo del día. Así, las personas se habitúan a ti haciéndolo, y evitas que se pregunten “¿por qué siempre que escucha su música rara y se le ponen los ojos rojos le da por usar incienso?”.
Leer: Cómo ocultar los ojos rojos por fumar mota.
Un tubo de papel de baño
También conocido como sploof, este avanzado dispositivo permite filtrar el humo de tus exhalaciones. De un lado del tubo de cartó se coloca una toalla húmeda sujetada con una liga. Por la otra abertura se coloca la boca para descargar la bocanada dentro del contenedor. Puedes introducir más papel o alguna otra hierba aromática para ayudar con la filtración.
Existen otros aparatos profesionales (por ejemplo, en Smoke Buddy) que además tienen un filtro de carbón. Son mucho más eficientes, según he visto. Puedes pasar por el tuyo a La Semilla Growshop.
Procura buena ventilación
Hay que agradecer que el aroma de la ganja no se impregna con tanta facilidad, a diferencia del tabaco. Si estás en un lugar con suficiente ventilación, y tienes suficiente de sobra, basta con esperar alrededor de medio día. Esto, porque a muchas personas les podrían parecer sospechosos algunos de los anteriores métodos.
Si necesitas apurar, ayúdate de ventiladores, purificadores, aire acondicionado, o cualquier otro pedazo de tecnología. En esencia, basta con saber que con el tiempo y circulación de aire suficiente cualquier rastro de olor desaparecerá.
No fumes. Vaporiza.
El vapor es mucho menos denso que el humo. Cualquier aroma producido en la vaporización del cannabis se desvanecerá en cuestión de segundos con la más mínima ventilación. Además, al vaporizar le sacas más provecho a tus cogollos, pues absorves hasta el 99% de sus cannabinoides (a diferencia de cuando fumas, donde la mayoría son destruidos).
Además, evita todas las sustancias dañinas que inhalas cuando combustiones. Así que, en realidad, un vaporizador es excelente inversión.
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