El cultivo en interior es la mejor opción cuando se trata de controlar cada factor o detalle que pueda contribuir al crecimiento de las plantas. Temperatura, humedad, tiempo de luz, etc. Hoy vamos a revisar los componentes esenciales de un armario de cultivo y su importancia en el desarrollo de nuestras flores.
Armario
La función de éste es evitar cualquier entrada de luz que pueda interferir con los ciclos vegetativos o de floración. Como sabemos, el crecimiento de las plantas está íntimamente ligado a las horas de luz/sombra que reciban día a día, y la más mínima interferencia podría echar a perder el trabajo de meses.
Además, hoy en día los armarios cuentan con un recubrimiento interior reflejante, con lo cual se aprovecha al máximo el trabajo de nuestras lámparas.
Lámparas
Más allá de que todas las plantas necesitan luz, las lámparas o focos que decidas utilizar impactarán en gran medido el desempeño de tu grow. Además, debes tener en cuenta si producen o no calor, y la distancia a la que necesitas colocarlas.
La potencia también es importante, pues es uno de los principales estimulantes para que cada cogollo llegue a su máximo potencial.
Ventilador
Un flujo constante de aire es fundamental para evitar el crecimiento de hongos. Estos prefieren los lugares húmedos y oscuros, por lo que darle ventilación y mantener el aire en circulación es el primer paso en la prevención e infección de las plantas.
Por otro lado, sustituye el papel del viento en tanto fuerza a las ramas con lo que estas adquieren resistencia y solidez durante la etapa vegetativa, quedando listas para el peso adicional de los cogollos en la etapa de floración.
Intractor/Extractor y Filtro
Como sus nombres lo mencionan, el intractor introducirá el aire al armario, mientras que el extractor lo extraerá. Así regulas los niveles de oxígeno y Co2 del armario.
Además, conectado a tu extractor necesitarás un filtro de carbono por una sencilla razón: el olor. Y es que, aunque cultives en un lugar donde esté permitido, tal vez no quieras molestar a nadie con el característico olor de lo que decidas sembrar.
Sustrato, maceta y planta
Con todo lo anterior ya estás casi listo para comenzar a crecer. Ahora sólo te falta decidir el tipo de sustrato y maceta que necesita tu planta. Para ello es conveniente preveer el tamaño al que crecerá la genética que escogiste y el “tipo de clima que prefiere”.
Pero no te preocupes, son los componentes de arriba estás listo para darle lo que necesite y asegurarte de que reciba lo necesario para dar flores consistentes y nutridas. Ahora toca la parte difícil: crecer.