La vez pasada revisamos los materiales de las pipas más comunes en el mercado. En esta ocasión damos un giro de 180º para explorar algunos de los materiales más extraños para prender “la lechuga del diablo”. ¿Conoces algún material más extraño? Compártenos por facebook o twitter y lo tomaremos en cuenta para una segunda parte.

Piedra:

Antes de darse el jalón, conviene admirar el trabajo, pues muchas de estas piezas son talladas a mano. Entre sus ventajas está la durabilidad y bajo precio, aunque debido a su porosidad es una de las que más residuos retiene, por lo que en poco tiempo el sabor de tus flores se verá contaminado y tu garganta resentirá la suciedad de lo que inhales.

Cerámica:

Si aún no estás convencido de comprar una pipa de vidrio, un paso intermedio sería una pieza de cerámica. Es casi tan limpia y lisa como el vidrio, aunque probablemente sea igual de frágil, una de sus ventajas es que al romperse no se quebrará en diminutos pedazos. Además, al no ser tan costosa, son ideales para probar qué tan cuidadoso eres al final del día, y comprobar si estás listo o no para el siguiente nivel (vidrio).

Semilla:

Este material es bastante común en tiendas de artesanías. Sencillo, cómodo, duradero, y barato. Es tan resistente como la piedra con la ventaja de no ser tan poroso, por lo que su limpieza no es un problema. La única falla es que la bocanada no es tan limpia como al fumar en cristal o cerámica.

Piedra del volcánica (Bonus)

En alguna ocasión un colega me mostró su artesanía. Se trataba de una pieza hecha a partir de piedra volcánica, la cual él jura obtuvo de entre los restos de las excavaciones del templo mayor. Además, el artesano se dio a la tarea de esculpirla en forma de craneo.

Al fumar en ella el humo adquirió pesadez. Aunque ni era desagradable, el curioso sabor que aportaba era todo menos puro, Lo que sí, sin duda se trata de un material limpio y duradero.