Cuando Carlos Martínez Rentería (editor de la revista Generación) recuperó el libro Anécdotas de viajes se quejó del título: “le hubieras puesto mejor Antártida o no sé”, le dijo al autor. Quizás ni lo había leído porque no reparó que el libro justo se basa en el viaje y el malviaje como elementos de la narración anecdótica de Pillo. Y es que te puedes chutar el libro para cabulearte o para filosofar acá, más profundo, acerca de lo que te sucede con un buen viaje o con un malviaje por usar sustancias psicoactivas. Poco después, Carlos Martínez enmendó su postura resaltando el carácter contracultural del libro y como promotor de la contracultura también, cuando lo presentó en Pulques Los Insurgentes el 31 de mayo de 2018.

A Leopoldo Rivera, editor de la revista Cáñamo México, le gustó que en Anécdotas de viajes se diera una relación individuo-sustancias sin que la prohibición mediara de por medio. Dijo que es testimonio de una época que está por irse, pensando en la inminente y futura regulación/legalización, y destacó las anécdotas de conectes que te harán recordar tus experiencias con el bueno. Para Leopoldo, leer el libro lo llevó a pensar que el viaje re-hace a cada persona y que hay que regular las drogas desde el individuo, porque justo a lo largo de Anécdotas de viajes hay una apología a la libertad del consumo, a sabiendas que hay consecuencias no deseadas, es ahí donde se considera al malviaje como parte de la experiencia del uso de drogas.

De fácil lectura, en Anécdotas de viajes se comparten las sensaciones y los pensamientos que tuvo el autor al ingerir LSD, peyote, hongos, DMT, salvia, mona, chiva e incluso amor, por mencionar algunas sustancias que cambian la percepción de la realidad, pero también ofrece datos, precios, nectes, puntos, citas de libros interesantes y diálogo con otros autores. Como el que se suscitó con el Pacheco Mayor, Juan Pablo García Vallejo, autor de La disipada historia de la mariguana en México, sobre la llegada de esta planta al país, en el Foro José Revueltas el 16 de agosto de 2018. El Pacheco Mayor llegó a la conclusión posteriormente, en otra charla con unas chelas en la Burra Blanca, que el libro es “el manual psicoactivo del siglo XXI”.

A su vez, Carlos Zamudio se sorprendió al verse citado en el libro cuando se trata de la anécdota de Cómo librarla de la tira cuando te tuercen, pues el editor del periódico La Dosis al estarlo leyendo pensó en otras dinámicas de consumo de sustancias psicoactivas, como la asociación que hacen los otomíes de la mariguana con Santa Rosa. Si para Carlos Zamudio el libro perdía amenidad con la anécdota de Tijuana, para el novel escritor de Mazatlán, Diego Rodríguez Landeros, alcanza su clímax, eso ya es cuestión de gustos.

Está de más recomendar la lectura de Anécdotas de viajes para usuarios de sustancias, como comentó el antropólogo Eduardo Zafra: “me permite conocer de viva voz y de primera mano las impresiones de un usuario de drogas para su estudio y análisis”. Sin embargo, también es una lectura para quienes no las usan, porque Anécdotas conlleva un carácter literario, como mencionó el escritor J. M. Servín: “en ciertos libros se exalta el lugar, la posición del autor, pero en éste el autor se desdibuja y se mezcla con la narración”, y se desvivió en elogios hacia el libro o ya se le estaba subiendo el whisky que alegremente tomaba durante la presentación del 15 de junio de 2018, en el estudio A04 en la Narvarte.

No te puedes perder este libro de Anécdotas de viajes que tiene cerca de 300 páginas con ilustraciones del joven dibujante Feto, y fotografías y dibujos del autor, pues en él se mezclan el ensayo, la autobiografía, el artículo académico y la cábula.