Por Héctor Joel Anaya
(Jonás Sartre)
Es un hecho Donald Trump fue electo como presidente de los Estados Unidos, y Arizona no obtuvo la mayoría de los votos necesarios para legalizar la cannabis en su territorio. Y a pesar de que el futuro del mercado y de la regulación de la cannabis se encuentran en la incertidumbre a nivel global, el día de hoy estamos ante una victoria para la regulación masiva estatal de cannabis en la Unión Americana.
Es una victoria porque los ciudadanos norteamericanos decidieron de manera libre y democrática el futuro de las leyes sobre cannabis en nueve estados, y porque se lograron resultados favorables en ocho de las nueve propuestas. Es una victoria porque más de veinte por ciento más de la población norteamericana podrá tener acceso a la cannabis medicinal. Es una victoria porque la encarcelación masiva y las penas por cannabis, cuando menos en California, dejarán de ser un motor para la industria y complejos carcelarios.
Es una victoria porque demuestra que la organización de base, el trabajo en equipo, el cabildeo y las campañas pro reforma a las leyes de cannabis son un éxito si se anteponen los valores democráticos de la compasión, los derechos humanos, el sentido común y el desarrollo social. Es una victoria porque se han reconocido los valores terapéuticos del cannabis para distintas enfermedades, síndromes así como su reconocimiento para ser un auxiliar efectivo de ciertos padecimientos y tratamientos. Es una victoria porque agrega flexibilización y demuestra que aun en ambientes adversos la prohibición global sobre drogas está siendo cuestionada como política efectiva.
Examinemos cuál fue la situación particular de las votaciones en algunos estados relevantes para los latinos en el ya histórico súper martes del 8 de noviembre de 2016.
Si bien es incierto, y es casi imposible que la regulación de la cannabis sea detenida (al menos de manera estatal), Jake Agliata, coordinador internacional de Students for Sensible Drug Policy y coordinador nacional de la zona atlántica donde se incluyen los estados de Massachusets y Maine, nos explica: “Hemos avanzado mucho en la última década, gracias al trabajo de base. Para esta campaña hicimos el sitio legalize2016.org y el sistema de (ponebanking) -llamadas a domicilio para explicar los beneficios de la regulación, realizamos más de 40 mil llamadas y te puedo contar que se contactaron en el estado de Maine 3,902 votantes, donde la iniciativa ganó con 2,620 votos. Esto es una muestra de la cobertura que tuvimos gracias a distintos frentes y campañas en donde contactamos más electores que votantes.
Esto es masivo, una gran victoria pues según las últimas encuestas la población americana ya aprueba en más de un 60% la regulación recreativa de la planta. Por lo que la nueva administración si bien pueda interferir o bloquear ciertas resoluciones en definitiva el mercado no será atacado. En lo que debemos trabajar es: que exista competencia y equidad en las nuevas licencias para evitar la concentración del negocio en ciertos empresarios y beneficiar a las personas que necesitan o consumen la planta y sus derivados”, añadió Agliata.
Como pudimos observar las regulaciones por instaurarse son particulares y difieren de estado a estado. El espectro es amplio abarca desde la regulación total del mercado para uso personal adulto hasta la regulación solo de cannabis terapéutico con cannabinoides sintéticos.
En conclusión el proceso de quiebre de la prohibición de cannabis en algunos estados puede encontrarse en tensión con la nueva administración Trump y a pesar de que el presidente electo se ha pronunciado a favor de respetar la decisión del electorado, lo cierto es que se percibe es que puestos claves como el Procurador General y el Departamento de Justicia estarán ocupados por personajes que se oponen a la reforma. Por lo que deberemos de estar muy pendientes al desarrollo de la aplicación e implementación de las legislaciones.
Con información de: Psymposia Magazine y Drug Policy Alliance.
http://www.psymposia.com/magazine/2016-election-cannabis-recap