Este viernes 20 de septiembre se llevó a cabo la primer Marcha por la Liberación de la Psilocibina en México y en el mundo. Los convocantes y participantes reclamaron su derecho al acceso a esta sustancia en una concentración pacífica donde además se compartió todo tipo de información y experiencias.

Desde las 14:00 de la tarde el modesto contingente se dio cita en la Plaza de la Solidaridad, a un costado de la Alameda Central. Ahí, los entusiastas de los hongos instalaron una pequeña mesa donde recabaron firmas que solicitan la liberación de esta sustancia para fines médicos y científicos. 

También se informó sobre la psilocibina y sus efectos en el organismo. Se habló de la necesidad de educar a la población sobre su consumo responsable. Y la relevancia de que quienes consuman sepan trascender sus experiencias para no generar problemas a largo plazo. 

Luego, a las 17:00 hrs el contingente decidió partir hacia El Zócalo. Los últimos participantes abandonaban a Plaza cuando las gotas de lluvia comenzaron a caer. Sin embargo, los ánimos no decayeron.

“¡Los hongos salen con la lluvia!” celebraron algunos.

Tras una pequeña pausa bajo dos frondosos árboles a mitad de la Alameda Central, el contingente avanzó. 

Aunque era pequeño en tamaño, el ambiente de celebración y fraternidad era latente. Pronto, todos estaban compartiendo alguna experiencia, recuerdo o dato sobre lo que para ellos representaban los hongos psilocibios y su consumo. Incluso hubo un par de “muestras” que rolaron por ahí.

Se atravesó la calle de Madero con consignas como “¡Psilocibina, es nuestra medicina!” o “¡Si Sabina viviera, con nosotros estuviera!”.

Al llegar a la plancha del Zócalo, el contingente se topó con evento del Ejercito, una suerte de “feria” donde se mostraban transportes y equipamiento militar para todos disponer de ellos como si fuese un parque de atracciones.

Pronto se arribó a las puertas de Palacio Nacional. Ahí, se leyó el posicionamiento de la Sociedad Mexicana de Psilocibina por el cual reclamaron la liberación de la psilocibina para fines médicos y científicos así como el respeto al derecho del libre desarrollo de la personalidad.

La congregación tuvo chance de emitir unas cuantas consignas más antes de que la lluvia nos dispersara como esporas.