Los usuarios de drogas votamos por la mariguana libre.

Durante las campañas electorales para presidente de México hubo pocas propuestas sobre política de drogas. Al final, el panorama se reduce a la propuesta de amnistía de López Obrador, pues tanto Anaya como Mead se mostraron adversos a la mariguana -y ni mencionaron alguna otra droga-; aún y cuando la suprema corte, en 3 ocasiones ya, ha señalado la inconstitucionalidad de las leyes que prohíben su consumo y cultivo.

Anaya se limitó a señalar que está a favor del uso medicinal, pero esto ya está legislado. En todo caso, el problema ahora es la negación de la Cofepris a publicar la normativa en la materia, lo cual debió haber hecho hace 6 meses -a decir del Diario Oficial de la Federación-.

En el caso de Mead, y del PRI, la situación fue peor… El candidato no sólo se mantuvo en silencio respecto a mejores leyes de drogas, como la propuesta del Presidente Peña Nieto de eliminar la persecución de los usuarios; sino que se mantuvo en silencia cuando Arriola, candidato de su partido a Jefe de gobierno de la Ciudad de México, utilizó argumentos discriminatorios contra el uso de mariguana; por un lado, cuando en un spot de campaña sugería que su uso lleva al consumo de otras drogas y a la adicción. Y, por otro lado, cuando discriminó a la candidata Sheinbaum al acusarla de haberla consumido durante la universidad y exigirle un antidoping para demostrar que ya no consumía, sugiriendo con ello que el uso de mariguana la descalificaría para gobernar.

Desafortunadamente para el candidato Arriola, la Suprema corte, con el fallo del caso Ríos Pitter, vocero del candidato Mead, le recordó a este -y otros políticos- del derecho al libre desarrollo de la personalidad de los usuarios de mariguana; con lo que ya van 3 fallos de 5 necesarios para forzar un cambio en la política desde el poder judicial. En el mismo sentido, se aplaude la postura de distintas organizaciones de la sociedad civil capitalina que protestaron por la discriminación de este candidato hacia las personas que usamos mariguana y el uso electoral de argumentos discriminatorios.

En el caso de la amnistía de López Obrador, y pese a la poca claridad sobre su contenido, sería sensato que ésta incluyese, además de cultivadores de amapola -y, quizás, de mariguana-, a usuarios de drogas que han sido procesados y sentenciados por posesión y que, por lo mismo, cuentan con antecedentes penales. Borrar los antecedentes por posesión, tal como ya se ha hecho en varios condados de California -se espera lo mismo en Canadá-, sería un reconocimiento de la irracionalidad de la actual política de drogas y una forma en cómo se podría resarcir uno de los daños “no intencionales” que produce.

En el caso del Bronco lo único que podemos decir es que si por alguna razón quiere mocharse, que se moche con el gallo.

Independientemente de los resultados electorales, una mejor política de drogas es necesaria en términos de mejorar la seguridad de todos. Pero esta debe incluir el respeto a los derechos de los usuarios, por el lado sanitario, con políticas de reducción de daños que amplíen la oferta de servicios de atención en salud; y, por el lado punitivo, con la eliminación de la posesión y cultivo de mariguana de los códigos penales en correspondencia a los fallos de la Suprema Corte.

Así, aún y cuando en políticas de drogas estaríamos lejanos respecto de Canadá, país con que compartimos un bloque comercial -y primero del G7 que regula el cultivo, comercio y consumo de mariguana-, estaríamos dando un paso importante en materia de derechos; paso que no solo beneficiaría a los usuarios de drogas, sino también a la sociedad en su conjunto al liberar miles de horas-autoridad, de policías y ministerios públicos, que son utilizadas en la persecución de consumidores de drogas ilícitas.