Hace tiempo que los vaporizadores se ganaron su lugar entre los consumidores de marihuana. No es para menos, pues sus beneficios son amplios y de todo tipo. Si te interesa cuidar tu salud, hacer rendir tus cogollos, o pachequear con más discreción, te conviene leer lo siguiente:

Proteges tu salud:

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La salud es invaluable. Es una de esas cosas que cuando se pierden, ya no puedes recuperar. Y aunque el humo de cannabis no es tan dañino como el del tabaco, aún así es posible que desencadene problemas respiratorios.

Por ejemplo, entre los elementos residuales producto de la combustión se han hallado algunos que pueden ser causa desde cáncer hasta otras como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Mientras, el uso del vaporizador previene completamente el contacto con estos tóxicos. Así, las bocanadas son mucho más suaves y ligeras, por lo que tanto el aroma como el sabor de las flores se preserva mucho mejor.

Aprovechas al 100 las flores:

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Cuando uno fuma marihuana, sólo se consume una décima parte del contenido psicoactivo. Mientras, la vaporización te permite aprovechar hasta el 90% de los cannabinoides y terpenos.

Es por ello que tanto el sabor como el aroma se preservan mucho mejor, pues el calor emitido por el vaporizador libera con mayor cuidado este tipo de moléculas.

Así, le sacas todo el jugo a un cogollo y este rinde mucho más. Esto representa un buen ahorro económico.

Modulas el efecto:

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Otro de los beneficios de vaporizar es la capacidad de modular la temperatura con tal precisión que te sea posible escoger el tipo de viaje: relajado/moderado/eufórico.

Esto, porque los cannabinoides se vaporizan a distintas temperaturas. Por ejemplo, el THC se vaporiza a 160°C. Y el CBD funciona mejor a 180°C.

Recordemos en el efecto final de la flor depende de la sinergia entre cannabinoides. En pocas palabras, es la forma en que estas partículas interactúan entre sí dentro de tu cuerpo lo que produce los distintos “viajes” característicos de las distintas variedades de plantas.

Los vaporizadores más básicos funcionan con tres pre-ajustes de temperatura. Los de gama superior son más precisos.

Discreción:

Desafortunadamente, aún existen muchos prejuicios en torno al uso de cannabis. El vaporizador ofrece una solución en tanto que el aroma es mucho más ligero. Si bien no desaparece del todo, sí se disipa mucho más rápido.

Es posible darse un buen toque, y que en cuestión de minutos no quede rastro de olor. También se agradece que cada vez, las compañías innovan en el diseño de las máquinas, y cada vez son más prácticas y portátiles.

Usar concentrados

Los concentrados se hicieron de su lugar en la cultura cannábica en relativamente poco tiempo. Hoy en día, son el método de consumo predilecto de varios pachecos.

Una de las formas más cómodas y eficientes para ello, es usar un vaporizador especial. Aunque hoy en día también hay vaporizadores herbales con adaptador para aceites, con lo cual un producto satisface ambas necesidades.

A este respecto, el vaporizador Max Pro II es una excelente opción, en especial si tomamos en cuenta su relación costo-beneficio, pues es posible vaporizar tanto cera como flores. Puedes encontrar este producto en la tienda VapoMex (enlace).