Entre porros, dabs y mucho conocimiento se llevó a cabo la cuarta edición de la Trajinera Cannábica en Xochimilco. El evento reunió a cultivadores, extractores, cocineros y demás especialistas que gozosamente se reunieron en una chinampa en el ‘lugar de las flores’ para compartir sobre lo que más les apasiona: la marihuana.

A las 12 de la tarde comenzaron las actividades con un taller de cultivo de hongos psilocibios. McKensie, el hongo activista experto en el tema, explicó los pormenores entre los que destacó la importancia de un espacio estéril. Alertó que el consumo de estas sustancias es ilegal en el país, por lo que el curso era meramente con fines informativos. Sin embargo, llamó a los asistentes a unirse a la marcha del próximo 20 de septiembre, la cual tiene como propósito exigir la liberación de la psilocibina.

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McKensie explicó que por sus potenciales terapéuticos y médicos, el acceso a esta sustancia debe protegerse bajo el derecho a la salud.

Por su parte, la activista Zara Snapp detalló el proceso legislativo en el que se encuentra la regulación del cannabis. Señaló con optimismo el trabajo que desde la coalición #RegulaciónPorLaPAZ han llevado a cabo junto con los senadores.

Luego, el cultivador californiano Jason Dookie tuvo un rato de convivencia con los asistentes, a quienes respondió todo tipo de preguntas desde cuál era su flor favorita hasta técnicas preferidas de cultivo. Él se mostró como un cultivador humilde y feliz de compartir el amor por la marihuana. También llamó a que los cultivadores mexicanos defiendan su trabajo y las variedades endémicas que han cultivado por años. También aclaró que, a diferencia de lo que se piensa, el no creó la variedad conocida como Zkittlez, “sólo la cultivé mejor que todos aquel año”.

Al final, Peter Tejera, ingeniero de ciencias agrícolas por la universidad de Cornell y fundador-presidente de Honey Vape, habló sobre la necesidad de alcanzar los más altos niveles de calidad en cuanto a productos de cannabis, particularmente con los extractos. Explicó que el riesgo de hacer no hacerlo era poner en peligro la salud de los consumidores. También alentó a los productores mexicanos a defender su mercado y no dejar que los monopolios acaparen todo.

Como clausura se recorrieron los canales y se arribó a la casa de las muñecas, donde los asistentes compartieron los últimos toques y posaron para la tradicional fotografía.

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