Una taza de café acompañada de un gallo es parte de un desayuno integral en la vida de muchas personas. No es de sorprender, pues algunas variedades de cannabis generan efectos energizantes que la gente usa como estimulante para empezar el día, igual que la cafeína. Sin embargo, la combinación de ambas sustancias afecta al organismo de forma bastante singular, y que más vale conocer.

Esto es lo que pasa cuando combinas dos de las drogas más populares en el mundo.

Cafeína y THC

En primer lugar vale la pena derribar un mito: tomar un café no es remedio para disminuir los efectos psicoactivos del cannabis. Al contrario, muchos aseguran que esto los incrementa.

Desafortunadamente la investigación científica sobre este tema es poca. La mayoría de los sitios en internet recuperan un artículo publicado en la revista Journal of Neuroscience. En él, se describe un experimento donde a unos monos ardilla se les administran vía intravenosa ciertas dosis de THC para observar su interacción con los receptores de adenosina.

Es importante conocer que los efectos estimulantes de la cafeína se dan principalmente porque ésta actúa como antagonista (contrarresta) a la adenosina, hormona encargada de producir la sensación de sueño. Es por esto que el consumo de café te mantiene despierto y alerta .

Según los investigadores, los receptores de adenosina A2A “modulan selectivamente los efectos reforzadores de los cannabinoides”.

Una de las preocupaciones era que el consumo de café incrementara el deseo de consumir cannabis (después de todo, es posible desarrollar dependencia a la cafeína). Sin embargo, los resultados son un tanto confusos. La forma en cómo el bloqueo de la adenosina modifica la respuesta del organismo ante el THC y otros cannabinoides varía según la dosis.

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Una dosis baja del antagonista selectivo al receptor A2A, MSX-3, provocó un descenso a las respuestas del THC y la anandaminda. Por el contrario, una dosis más alta de MSX-3 incrementó la respuesta a la dosis de THC.

Entonces, si bien por un lado es posible que fumarte un gallo con una taza de café incremente la intensidad con la que nuestro cuerpo reacciona al THC, con otra dosis puede disminuir esta misma reacción.

Esto concuerda con lo que reportan algunos usuarios, según quienes combinar estas sustancias potencia los efectos psicoactivos de ambas. Pero puede que esto no siempre sea así.

Imagen original: thestranger.com

Por otro lado, un experimento similar realizado en ratas y publicado en Addiction Biology encontró que esta interacción “contrarresta significativamente la producción de dopamina provocada por el THC”. Y dado que la dopamina es una de las sustancias más importantes en cuanto a regulación del placer, es posible que esto también interfiera en cómo se perciben los efectos.

Curiosamente, esta “apariencia de potenciar los efectos del refuezo cannabinoide” podría hacer de este antagonista, MSX-3, un potencial compuesto como medicamento en el tratamiento de un determinado caso de abuso de cannabis, aunque estos son escasos.

Por ejemplo, cuando a los monos se les dio una dosis baja de este antagonista, eran menos propensos a buscar el THC.

De cualquier forma, debemos reconocer que aún falta mucho para conocer con precisión la totalidad de efectos de ambas sustancias, ya sea que se consuman combinadas o por separado. Lo mejor, es procurar un consumo moderado y responsable. Recuerden que el secreto está en La Dosis.