En cuanto concentrados de cannabis hay dos divisiones principales. Las que necesitan de algún solvente y las que no. Si bien el uso de butano, CO2 o etanol permite generar procesos de destilación únicos y especializados para ciertos componentes, a falta de regulación no hay certeza de que los productos sean aptos para consumo humano, pues es necesario garantizar que el extracto final no tenga restos de solventes.

Hasta que existe un marco regulatorio que garantice esto, una solución a este problema es el uso de extracciones sin solventes, como lo son el rosin, el bubble hash o incluso la cannabutter (mantequilla cannábica).  

Nuestros amigos de Tony Wonka nos contaron su experiencia, basada en el aprendizaje y experimentación personal en lugares donde el desarrollo de esta industria no es ilegal. “Son una opción orgánica y natural para los que buscan obtener un gran colocón de manera segura y libre de toxinas ajenas a la planta. Son recomendables tanto para fumar como para ingerirlos en comida infusionada”, cuentan en entrevista para La Dosis.

Rosin

El rosin es considerado por muchos el concentrado más exquisito. Se obtiene de presionar el material vegetal (este puede ser un cogollo, trim de la cosecha o incluso hachís) entre dos placas de metal, a altas temperaturas y presión por determinado tiempo.

El juego entre estos tres factores (calor, temperatura y presión) genera todo tipo de variaciones en el producto final. Esto permite extraer todo el rango de terpenos, flavonoides y cannabinoides, responsables de los efectos psicoactivos y terapeúticos. 

“Este tipo de extracciones logran concentraciones de cannabinoides que van desde el 50% hasta el 70% de pureza, además de conservar una gran cantidad de terpenos y flavonoides por lo que también poseen un gran sabor y un efecto séquito bastante completo”, asegura Tony.

Bubble hash

La historia del hachís varía según donde se produce. Tradicionalmente se atribuye su origen a la India, donde se producían las llamadas “charas”. Éstas se hacían durante la época de cosecha del cannabis, cuando los habitantes tomaban la materia vegetal y la frotaban entre sus manos para que se les impregnase la resina. Después amasaban la resina y formaban pequeñas bolas de hachís.

El hachís no tiene tanto contenido en cannabinoides, sin embargo a partir de éste se pueden hacer otras extracciones.

“Mi extracción favorita combina lo mejor de dos procesos, pues me gusta primero hacer bubble hash y, una vez que está perfectamente seco, lo llevo a la prensa de rosin. Así he obtenido las mejores resinas con una textura tipo shatter o crumble, muy manejables, y con un color que atrapa miradas y un sabor que encanta hasta al paladar más exigente.”

Si quieren conocer más de estas extracciones visiten las redes de Tony Wonka:

Tony Woods 710 en Facebook.

@Tonywonka710life en Instagram.