Gracias a la jurisprudencia creada por la Suprema Corte de Justicia el año pasado, se abrió una puerta para que la ciudadanía cultive sus plantas de cannabis con cierto permiso de las autoridades. Sin duda, eso animará a varios para que este año cultiven sus primeras flores. Por ello platicamos con Israel Castillo, uno de nuestros cultivadores favoritos, quien nos compartió algunos de sus consejos para iniciar en el autocultivo.

Las etapas en el crecimiento:

Imagen original: link

Hay dos momentos que son fundamentales para el ciclo de crecimiento del cannabis: La vegetación y la floración.

Durante la etapa de vegetación la planta usa su energía para crecer y desarrollarse. Para ello necesita 18 horas de luz y 6 horas de sombra.

Mientras, la etapa de floración es cuando producirá esos hermosos cogollos que tanto buscamos. Recordemos que sólo las hembras producen flores, lo cual será importante para escoger la semilla. Aquí, nuestra planta requiere sólo de 12 horas de luz.

¿Cultivar en interior o exterior?

Imagen original: link

Mucho depende de las capacidades y necesidades de cada quien. Tanto cultivar en exterior o en interior tiene sus ventajas y desventajas.

En exterior: Aquí debes jugar a ser la “madre naturaleza”, en el sentido que debes proteger de los riesgos de la intemperie. Por ejemplo, cuidar los periodos de luz, prevenir la infección de plagas, estar al pendiente de la temporada de lluvias y los cambios de temperatura. La ventaja es que tu planta recibirá la fuente de luz por excelencia: el sol. Este, además de ser altamente eficiente, es gratis.

Siembras: entre abril y mayo

LA SEMILLA GROWSHOP

Cosechas: octubre-enero

Interior: Mientras, si escoges cultivar en interior, tendrás todos los elementos a tu favor. Siempre y cuando te sea posible reunir dichos elementos. Necesitarás lámparas, ventiladores, extractor/intractor, termómetros, etc. Adquirir todo eso puede representar una gran inversión monetaria. A cambio, obtienes un ambiente de cultivo a la medida para tus plantas, lo cual te será recompensado con grandes cogollos.

En interior, te es posible cultivar cualquier temporada del año, hasta tres cosechas por año.

Leer: 5 esenciales para tu armario de cultivo

Seleccionar semilla:

Imagen orignal: link

Seleccionar el tipo de semilla correcto es fundamental, pues de ello dependerá el tipo de cultivo que llevarás a cabo. Hay tres tipos de semillas.

Regulares. El famoso “coquito” que aparece en cualquier tostón panteonero de mota. La desventaja es que no conocemos el sexo hasta la etapa de floración. Si aparece algún macho, podemos desecharlo o apartarlo para posteriormente reproducirlo con alguna hembra y conseguir más semillas. Son ideales para empezar a experimentar y aprender, pues su alta disponibilidad da oportunidad de probar con múltiples plantas al mismo tiempo.

Feminizadas: Esta es la única forma para garantizar que tus plantas serán hembras. Por ello su costo es mayor. En el mercado, es posible comprarlas en bancos de semillas, los cuales ofrecen desde variedades clásicas hasta otras más exóticas. Una vez que domines los ciclos de crecimiento, convendría que comienzas a experimentar con este tipo de semillas para explorar el potencial que puede alcanzar una planta, con la certeza de que obtendrás tus preciado cogollos.

Auto: Convienen para cultivos en exterior, pues no es necesario ser precisos con el fotoperiodo. Estas plantas comenzarán a florar después de unos meses. La desventaja es que su tamaño es menor, al igual que su producción. También, son altamente resistentes a condiciones adversas, por lo que son ideales para novatos.

Sustrato:

Imagen original: link

Un buen sustrato debe cumplir un mínimo de características. Por ejemplo, para facilitar el desarrollo correcto de las raíces, la tierra no puede estar muy apretada, debe estar “aireada”. Es muy importante que para cada cultivo utilices un nuevo sustrato.

Evita la “tierra de hoja” ya que está en proceso de descomposición y puede generar hongos.

Una receta para sustrato es la siguiente:

  • Perlita en un 20%

  • Humus de lombriz en un 30%

  • Tierra en 20%

  • Vermiculita en 10%

  • Fibra de coco en 20%

Fertilizantes:

Utilizados de manera correcta, los fertilizantes son un gran aliado del cultivador. Al reverso de cada producto encontramos las medidas para cada ciclo de la planta. Lo mejor es utilizar productos orgánicos, sobretodo si se pretende utilizar para fines medicinales.

Durante la etapa de vegetación se utilizan fertilizantes con alto contenido en nitrógeno, por ejemplo el guano de murciélago. Mientras, que para el momento de floración debes buscar aquellos altos en potasio y fósforo. También los hay especiales para las últimas semanas de la floración previo a la cosecha, los cuales sirven para llevar esos cogollos a su máximo potencial.

Ya que el fertilizante se diluye junto con el agua, es importante verificar que esta cuente con un PH neutro. De otra forma no se absorverá de manera correcta.

Aconsejamos empezar con pocas cantidades y agregar más si tu planta lo necesita. En cambio, si te excedes en el fertilizante, corres el riesgo de dañar tu planta.

 

 

Esta pequeña guía es apenas una pequeña dosis de todo lo que implica el cultivo de cannabis. Sin embargo, el mejor maestro es la experiencia propia. Así que los invitamos a germinar sus primeras semillas.

Y si tienen alguna duda, pueden acercarse a La Semilla Growshop, donde podrán encontrar desde macetas, fertilizantes, control de plagas, y sustratos, así como cuartos de cultivo listos para usar.