Los hongos crecen alrededor de todo el mundo. Es una especie tan variada que los humanos les encontramos varios usos. El más común es como alimento, (¿quíen no ha muncheado con una quesadilla de champiñones?). Y, por supuesto, los hongos psicodélicos son los que usualmente ocupan los renglones de este sitio. Sin embargo, hoy exploramos la otra cara de la moneda: los hongos venenosos.

Los hongos venenosos representan menos del 1% de todas las especies en el mundo. No se trata de un tema menor, pues en el reino fungi, varios de éstos pueden causar la muerte. Y, desafortunadamente, es casi imposible distinguirlos a simple vista. ¿Quieres intentarlo?

La mitad de los hongos abajo son comestibles. La otra mitad son venenosos ¿Puedes adivinar cuál es cual?

  

  

Los primeros tres las especies conocidas como "portobellos", "senderillas" y "trompeta de los muertos", son comestibles y puedes leer más de ellos aquí. Y los últimos tres  son los hongos venenoso más fácilmente confundidos por comestibles: Amanita phalloides, Lepiota cristata, y L. brunneoincarnata.

Es cierto que las comunidades del pasado desarrollaron métodos para distinguirlos, y que este conocimiento ha sido transmitido a sus descendientes hasta el día de hoy. Sin embargo, incluso para los micólogos (expertos en los fungi) la identificación visual es poco fiabl. Esto, porque el aspecto y apariencia de los hongos, y en particular de las esporas, pueden ser distorsionados por su simple manejo.

A continuación presentamos una serie de características que podrían indicar la naturaleza del hongo. Sin embargo, recomendamos no consumir especies silvestres sin la asistencia de un experto de cualquier tipo.

Hongos venenosos

  • Al ser cortado, el hongo se vuelve verde o morado
  • Al probar un pedazo, quema o pica en la lengua
  • Tiene mal olor
  • Sabe amargo
  • No hay presencia de lombrices
  • Hay escamas en la “capucha”

Ya que el tipo de toxinas varían de hongo a hongo, los efectos del envenenamiento pueden variar de forma considerable. En cualquier caso, la recomendación es acudir al médico en cuanto exista la sospecha de haber consumido una especie nociva.

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Con información del Journal of Clinical Nutrition and Metabolism. Disponible aquí.