El reggae fue declarado como patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO por ser invaluable “su aportación a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana”.

En su comunicado, se explica que este género músical, "conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población jamaicana".

Desde sus orígenes en Jamaica, el reggae ha estado fuertemente ligado a la cultura Rastafari (también originada en Jamaica). El rescate de las raíces africanas y la influencia hindú fomentaron el cultivo y uso de cannabis, por lo que ahora forma parte trascendental de la vida diaria y de la economía de muchas personas que viven en esta isla caribeña.

Para los Rastas, la “Ganja” (nombre hindú de las flores del cannabis hembra) es considerada un sacramento, que incluso tiene fundamentos en el antiguo testamento, y su consumo se realiza de manera ritual...

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Por otro lado, músicos como Bob Marley siempre defendieron el uso personal del cannabis y lucharon contra los estigmas de su época. En su canción, Kaya (como también se nombra a la marihuana)  describe lo importante que es para los rastas:

“Despertar y relajarse.
La lluvia está cayendo.
Tiene que haber kaya ahora, tiene que haber kaya ahora,
de la lluvia está cayendo.
Estoy muy colocado.
Incluso toco el cielo por encima de la lluvia que cae.
Me siento muy bien en mi barrio, por eso estoy aquí”

Pero tal vez una de las más representativas del movimiento de liberación por la marihuana, sea el clásico de Peter Tosh, Legalize It. Compañero de Marley en The Wailers, su primer álbum solista incluía la canción del mismo nombre. Ésta se ha convertido en un himno para todos los marihuanos alrededor del mundo y bajo la cual todos podemos cantar:

“Legalizenla, no la critiquen”.