Durante siglos, se ha sabido que el cannabis estimula el apetito, y su uso para esta reacción está documentado en muchas culturas a través del mundo. Antiguos registros chinos que datan de 2700 a. c. describen como el uso de té de marihuana aumentaba el hambre, y los profesionales de la medicina ayurvédica tradicional en la India muestran documentación similar.

En épocas más recientes, este hambre inducido por la marihuana ha sido llamado ‘munchies’. Aunque algunos usuarios que no necesitan ayuda para comer pueden verlo como un efecto secundario adverso. Y es que en realidad es muy beneficioso para personas que sufren de una variedad de condiciones médicas.

Investigadores anteriormente concluyeron que el tetrahidrocannabinol (THC) aumentaba la sensibilidad olfativa, lo que estimulaba el apetito porque la comida olía y sabía mejor. Esto todavía puede jugar un papel significativo, pero ya no es el único factor.

Un estudio de este año titulado "Neuroscience: A celullar basis for the munchies", de la Facultad de Medicina de Yale fue publicado en la revista Nature. La investigación está centrada en entender cómo el cerebro controla el apetito de una persona.

Los hallazgos del estudio fueron una sorpresa para el equipo de investigación, porque la causa de la estimulación del apetito reside dentro de las mismas neuronas que se sabe que producen la sensación de sentirse lleno, que en circunstancias normales suprimen eficazmente el apetito.


 

Función normal

El estudio explica como las pro-opiomelanocortinas (POMC) son neuronas localizadas dentro del hipotálamo. El hipotálamo actúa como sede del homeostasis del cuerpo en el cerebro. Bajo circunstancias normales, el POMC trabaja para suprimir el apetito porque cuando se acciona el POMC, hace que el cuerpo produzca una hormona llamada α-melanocito (α-MSH). El α-MSH entonces indica al cuerpo que deje de comer enviando la sensación de sentirse lleno.

 

Introducción de cannabinoides

Este estudio descubrió que cuando los cannabinoides se introducen al cuerpo, provoca que el POMC funcione en reversa. En vez de señalar el α-MSH que produzca sensaciones de sentirse lleno, el POMC envía las señales de sentir hambre, esto da lugar a un apetito que aumenta y a la necesidad de comer.

El principal autor de este estudio es Tamas Horvath, él es profesor de neurobiología y director del Programa de Yale en Señalización Celular y Neurobiología del Metabolismo. Horvath explicó su sentimiento de sorpresa; “el objetivo original de la investigación era monitorear los circuitos cerebrales que promueven la alimentación mediante la manipulación selectiva de la vía celular que media la acción de la marihuana en el cerebro, utilizando el método en ratones transgénicos".

“Ahora que esta información se ha descubierto, abrió la capacidad de abrir muchas puertas a un nuevo mundo de estimulación del apetito; para los pacientes que sufren de enfermedades como el cáncer, el VIH / SIDA y otros con dificultad para comer. Los pacientes necesitan ser capaces de comer para reponer la fuente de energía del cuerpo, que le dará al sistema inmunológico la fuerza para seguir luchando. Esto también tiene el potencial de ayudar a los que sufren de anorexia y caquexia” agrega el profesor.

Tamas Horvath, enfatiza que se necesitará más investigación sobre el tema para validar las conclusiones, pero dice que este nuevo desarrollo muestra aún más potencial para el cannabis medicinal en el tratamiento a pacientes que sufren de condiciones médicas debilitantes que incluyen la pérdida de apetito.

(Con información de: www.whaxy.com)