Por: Karina Malpica

@mindsurfing

En su libro The Psyquedelic Future of the Mind (El Futuro Psiquedélico de la Mente), el doctor en psicología Thomas Roberts ha desarrollado la sorprendente Teoría del Multiestado, que cumple con 7 de los 8 criterios necesarios para generar un cambio de paradigma.

El primero de ellos consiste en cuestionar con fundamentos una suposición errónea. Roberts desafía “la suposición errónea de que todas las habilidades valiosas residen en el estado ordinario de conciencia”. (*pág. 123)

Cuando nuestras percepciones se modifican al utilizar sustancias psicoactivas como los psiquedélicos (LSD, MDMA, mescalina, psilocibina, 2CB, etc.) nuestros cerebros trabajan distinto y temporalmente tenemos habilidades diferentes que también son valiosas. Tales habilidades pueden ensanchar nuestra inteligencia ya que nos hacen ver el mundo y razonar de maneras distintas. Por lo tanto, permanecer en un solo estado de conciencia limita la exploración y la expresión de otras facetas de la inteligencia humana.

A fin de evadir la ambigüedad de la palabra conciencia, la Teoría Multiestado propone  sustituir “estados de conciencia” por “estados mentecuerpo”, que pueden alcanzarse mediante diversas “psicotecnologías”. Por ejemplo, mediante un aparato llamado CMS (Circumcerebral Magnetic Stimulation device), que estimula magnéticamente determinadas zonas del cerebro ocasionando la inhibición o liberación de ciertos neurotransmisores.

En el mismo sentido, el control de la respiración o el empleo de sustancias psiquedélicas comparten la denominación de psicotecnologías, debido a que nos permiten acceder a otros estados mentecuerpo.

Usando una analogía, el Dr. Roberts asegura que así como hemos podido diseñar e instalar aplicaciones digitales (apps) en nuestros dispositivos electrónicos, también hemos podido diseñar e instalar aplicaciones mentales (mindapps) en nuestros cerebros a través del uso de sustancias psiquedélicas que modifican el funcionamiento del Sistema Nervioso Central.

La evolución humana, apuesta Roberts, pasará por la exploración y combinación de diferentes psicotecnologías que literalmente nos permitirán ensanchar los límites y modificar las capacidades de nuestras mentes.

De hecho ya se ha observado que habilidades adquiridas en un estado pueden ser transferidas a otro. Además “algunos de nuestros procesos cognitivos, percepciones, sentimientos y habilidades se fortalecen en ciertos estados y se debilitan en otros” por lo que “la resolución de problemas varía de estado a estado.” (*págs. 127-128).

Bajo este razonamiento en la universidad de Standford se llevó a cabo un experimento piloto llamado “Agentes Psiquedélicos en la Solución Creativa de Problemas”. Para colaborar como sujetos experimentales, se invitó a trabajadores brillantes de compañías exitosas que enfrentaban retos creativos de diferentes tipos. Les administraron 200 miligramos de mescalina, les hicieron escuchar música, luego les dieron snacks, les dejaron discutir sus problemas en grupo y después pasaron de 3 a 4 horas trabajando a solas en la solución de sus respectivos problemas. Según Roberts “los resultados prácticos fueron impresionantes” (*pág. 136). En realidad este experimento hizo visible lo que ya está ocurriendo discretamente en ciertas élites de creadores y desarrolladores tecnológicos que perciben a los psiquedélicos como “puertas de acceso a ricas minas de ideas” (*pág. 119).

Dice Roberts que en el futuro, alguien “bien educado” habrá recibido los aprendizajes necesarios para alcanzar diferentes estados mentecuerpo, de forma que quienes nunca consuman sustancias psiquedélicas serán la minoría. Quizá lo más común será explorar los diferentes estados mentecuerpo para obtener lo mejor de cada uno.

Eventualmente esto podría llevar a nuestra raza a experimentar una “Neurosingularidad”, o sea un cambio radical en los cerebros humanos que haga que nuestras mentes funcionen significativamente mejor que las actuales.

El Dr. Roberts es una figura prominente en el resurgimiento del estudio de las sustancias psiquedélicas. Es miembro fundador de MAPS, co-fundador del Consejo de Prácticas Espirituales y también originó la celebración del Día de la Bicicleta (19 de abril) para conmemorar la aparición del LSD en nuestra cultura. Desde 1981, comenzó a impartir una materia universitaria optativa que examina el papel de los psiquedélicos en la ciencia, la sanación, la cultura y la espiritualidad. Esta materia se llama “Fundamentos de los Estudios Psiquedélicos” y es el primer curso de este tipo en el mundo que apareció en un catálogo universitario.

Su propuesta para manejar mejor lo que nos espera, consiste en formar a una nueva generación de futuros investigadores que estudien formalmente los psiquedélicos desde una perspectiva multidisciplinaria y de futuros catedráticos que difundan el conocimiento que se vaya adquiriendo al respecto en todo tipo de universidades alrededor del mundo. En el último capítulo de su libro propone formar una compañía llamada Comunidad Internacional de Centros Psiquedélicos que consiga permisos gubernamentales que permitan a los psicólogos administrar estas sustancias controladas en ambientes seguros. No sólo para practicar la psicoterapia bajo sus efectos a fin de sanar traumas y facilitar transiciones, sino para otras finalidades como la búsqueda espiritual, la reflexión filosófica y la resolución creativa de problemas.

 

* Thomas B. Roberts, Ph.D. “The Psyquedelic future of the Mind”, Park Street Press, Vermount, 2013.

Más información en Cartografía de la Consciencia: www.mind-surf.net/drogas/mapas.html