Los cartuchos con aceite de cannabis son la forma predilecta de consumo para muchos marihuanos. Son portátiles, discretos y potentes pues con un par de toques te encuentras viajando por el cosmos. Sin embargo, hacerse de uno de estos implica ciertos pormenores. Para empezar suelen ser de un alto costo y en realidad no existe ninguna garantía de que el producto sea apto para consumo humano.

Foto: WeedPornDaily

Una alternativa es la fabricación casera de estos cartuchos, para lo cual rescatamos de los sitios High Times y Marijuana Break unas cuantas recetas del procedimiento. 

En pocas palabras, el proceso consiste en tomar un concentrado de cannabis y añadirle un agente para diluir. Primero, revisaremos cuáles son los concentrados más sencillos para realizar en casa, luego veremos cómo usar el aditivo correctamente. 

Cabe remarcar que es responsabilidad del usuario revisar que el material e instrumentos que ocupen sean los correctos, así como acondicionar el espacio para evitar accidentes. 

Rosin

El rosin es el concentrado ideal por varias razones. Una de ellas es que no requiere de ningún tipo de solvente, por lo que muchos le llaman un “concentrado limpio”. Además, su proceso de extracción es relativamente sencillo. 

Y si no es posible pagar una de las costosas prensa profesionales, siempre se podrá recurrir a la plancha de cabello. Cierto, el producto no tendrá la misma calidad, pero es una alternativa viable hasta cierto punto. Tu objetivo es hacerte de 0.4 a 0.6 gramos de rosin. 

Leer: Cómo hacer tus propias extracciones caseras (Rosin)

El mejor aditivo para diluir el rosin son los terpenos naturales. Lo recomendable es usar una mezcla en la que los terpenos sean entre el 1% y 3% del total de la mezcla. Mezclalos en un frasco de vidrio.

Puedes ayudarte de un encendedor para calentar la solución y que ésta mezcle mejor, pero se debe tener cuidado de no excederse en la temperatura. Con 4 segundos de calor será suficiente. También puedes revolver el líquido con una varilla de metal, tal vez un dabber.

Una vez esté mezclado, usa una jeringa para introducir el líquido en el cartucho de tu preferencia. Y listo, ¡a vapear!

RSO

El Rick Simpson Oil (RSO) se puede preparar cómodamente desde tu casa, al igual que el rosin. La principal diferencia es el uso de un solvente: el alcohol. Puedes leer a detalle el procedimiento en esta entrada. Pero en pocas palabras, es el siguiente:

  • Descarboxilar la flor: Tritura tus cogollos y mételos en un horno a apróximadamente 110° celsius por 40 minutos. Después, toma tu flor triturada y colócala en un recipiente. Después, vierte el alcohol hasta que el material vegetal esté totalmente cubierto.

  • Revuelve hasta que quede bien mezclado. Pasado un cuarto de hora es momento de separar el cannabis (ya sin cannabinoides) del solvente. Usa un filtro de tela y procura que no quede rastro de material vegetal.

  • Espera a que el alcohol se evapore. Puedes ayudarte de la temperatura con un baño maría, pero si te excedes corres el riesgo de dañar los cannabinoides. 

Ahora sólo debes diluir el aceite de concentrado en una solución de terpenos y recoger la mezcla con una jeringa, igual que el rosin. Como sustituto de los terpenos puedes usar glicerina vegetal, pero el resultado es de menor calidad.

Glicerina Vegetal

Por lo general, la glicerina vegetal se usa como diluyente para el líquido de concentrado. Sin embargo, también es posible usarla como solvente para extraer en ella directamente los cannabinoides.

Similar al RSO, debes triturar el cannabis y dejarlo reposar en glicerina vegetal (que ésta apenas cubra el material vegetal). Todo debe quedar mezclado por igual.

Luego, necesitas dos recipientes de vidrio, uno más grande que el otro. En el más chico introducirás la mezcla de cannabis y glicerina, el otro lo llenarás de aceite de coco de tal manera que 2 pulgadas del recipiente chico puedan sumergirse sin problemas.

Calienta el recipiente grande hasta que alcance 104° C. Luego, introduce el recipiente chico y asegúrate que este alcance una temperatura de únicamente 82°C.

Déjalo reposar por 45 minutos. Mientras, revuelve la mezcla. Cuando enfríe, usa un colador para separar la glicerina del material vegetal. Después, continúa el proceso de filtrado con un filtro de tela. Es muy importante remover todo rastro de material vegetal. 

El uso continuo de las sustancias añadidas puede tener consecuencias inesperadas a la salud pulmonar, por lo que sugerimos un uso moderado de las mismas.

Por último, necesitas descarboxilar el aceite restante. Puedes usar el método que mejor te acomode, pero recomendamos un baño maría a 110°C por 40 minutos.

Ahora, llena un cartucho inyectando la glicerina con una jeringa. Como podrá notarse, este último es el método menos práctico de los tres. ¿Cuál es tu favorito?