Inicia un nuevo año y, como nunca, los usuarios de mariguana en México tenemos amplias expectativas de que se respete el ejercicio de nuestros derechos por parte de las autoridades y la sociedad en general.

Nuestras expectativas como usuarios se enmarcan en los avances logrados en los 3 poderes. Por un lado, en el poder judicial, donde la reciente jurisprudencia derivada de los fallos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la inconstitucionalidad de la prohibición absoluta de la mariguana y sobre el cultivo para consumo personal como parte del derecho al libre desarrollo de la personalidad, son un aliciente para quienes cultivan o desean cultivar cannabis para consumo personal y sin restricciones de uso.

Por otro lado, en el poder legislativo, donde actualmente se encuentran en comisiones distintas iniciativas de reformas de ley para regular el acceso al cannabis, las cuales han sido presentadas por los principales partidos políticos del país. Si bien no son las primeras iniciativas en las Cámaras legislativas, sí son la primeras que se considerarán a la luz de la jurisprudencia emitida por la SCJN.

Las expectativas, por último, también se fundamentan en los avances habidos en el poder ejecutivo. No tanto en el ejecutivo federal, sino en los ejecutivos estatales, a los cuales la reforma contra el narcomenudeo de 2009 concedió facultades para combatir los mercados locales de drogas, lo que implica la relación con los usuarios, nosotros. Estos avances, informales, se configuran en relaciones de tolerancia entre usuarios y autoridades -y también sociedad en general. Tolerancia que se ha ganado, a través de años de lucha pacífica por nuestros derechos; marchas, festivales, talleres, cartas públicas, documentación de casos, publicaciones, e incluso pláticas con distintas autoridades -varias de las cuales han sido receptivas a los argumentos-, son solo algunas de las acciones con que nos hemos manifestado y cultivado la tolerancia ganada.

Ejemplo de esta tolerancia se observa en las estadísticas oficiales sobre Incidencia de los delitos contra la salud, especialmente en las modalidades en que los usuarios de drogas -principalmente los jóvenes- suelen verse involucrados. Considerando el último año de los dos gobiernos recientes (ver Tabla) -que son a su vez el primer año de implementación de la reforma contra el narcomenudeo y el más reciente-, las incidencias por delitos contra la salud en las modalidades de Posesión, Suministro y Narcomenudeo [1], se desplomaron; no hubo delitos por suministro en 2018, la posesión disminuyó 97% y el narcomenudeo 40%. Incluso la producción, donde podría caber el cultivo de mariguana, fue baja y a la baja.

Delitos contra la salud en la Ciudad de México 2012 y 2018

Modalidad de delito

2012

2018 [2]

Diferencia

Posesión

2225

54

-97.6%

Suministro

8

0

-100%

Comercio

76

28

-63-2%

Producción

11

9

-18.1%

Otros

1958

269

-86.3%

Narcomenudeo

95

57

-40%

Si bien los delitos contra la salud refieren a cualquier droga ilícita, la disminución de delitos ha beneficiado principalmente a usuarios de mariguana; 1) porque esta sustancia representa el 85% del mercado de drogas ilícitas en la Ciudad de México [3]; 2) porque es la sustancia ilícita de mayor consumo en espacios públicos, donde su consumo es más fácil de detectar que el del resto de drogas ilícitas; y, 3) porque sus usuarios somos los únicos que nos hemos movilizado políticamente de manera organizada para exigir el respeto a nuestros derechos.

Sin embargo, no es momento de beber victoria -acá no la cantamos-, la persecución de los usuarios no ha terminado, ésta se continúa reproduciendo en diversas ciudades del país, especialmente en aquellas donde hay poco activismo; un ejemplo la da una nota reciente: Detenido, por fumar marihuana en la vía pública, que reporta la detención en San Luis Potosí de un joven de 25 años, a quien le fue encontrado “un accesorio metálico, así como hierba verde seca con las características físicas de la marihuana”. Caso típico de detención de usuarios. Y no hablamos del otro caso común, la extorsión, porque ese delito no se encuentra en las estadísticas. 

Ante casos como este, el activismo marihuano tiene el reto de extenderse a todos los estados del país, especialmente en aquellos donde todavía es incipiente. Estos deben ser los nuevos horizontes de la lucha mariguana en el 2019: las marchas, los festivales, los talleres informativos, las publicaciones y todas las actividades que favorezcan el ejercicio de nuestros derechos deben reproducirse en todas las comunidades, ciudades y estados, donde haya usuarios. Ya basta de seguir en el clóset, si no es para cultivar.

Finalmente, en algún momento, esperemos que más temprano que tarde, las autoridades de todos los poderes comprenderán que dejar de perseguir a los usuarios de drogas no sólo nos conviene a nosotros -obvio-; sino que también conviene a las autoridades, que podrán enfocarse en delitos que lesionan la integridad física o el patrimonio de los ciudadanos, antes que a una supuesta salud pública. Y conviene, por último, a la sociedad, que estaría mejor protegida por una policía enfocada en proteger la seguridad de las personas, antes que la salud de los usuarios.

*****

Me congratulo de la elección como Presidente de la SCJN al ministro Edgar Zaldívar.

A él dedicamos un porro y una porra:

 

¡Zaldívar, Zaldívar!

¡Si apoya la Sativa!

 

[1] Incluye Posesión, Suministro y Comercio en cantidades menores a 1000 veces las establecidas en la Tabla de orientación del artículo 479 de la Ley General de Salud.

[2] Los datos del 2018 incluyen los meses de enero a noviembre. Incidencia delictiva del fuero federal 2012-2018, archivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública disponible en el siguiente link.

[3] Zamudio, Carlos (2013). Los mercados de drogas ilícitas de la Ciudad de México. Cuadernos Cupihd 6. México.

 

Clavado en la textura

es la columna de opinión del @Dr_Cannabis